Valorando el Lugar Secreto. De Joseph Prince
Mi querido lector, cuanto más crezcas en tu revelación y valoración de cómo la obra finalizada de Jesús te ha colocado en él −en el lugar secreto donde estás seguro, protegido y resguardado− más encontrarás tu corazón en reposo en vez de estar lleno de preocupaciones y miedos. Algo poderoso sucede en tu corazón y en tus circunstancias externas cuando comienzas a valorar el estar en Cristo, en el lugar secreto del cuidado, protección y amor del Padre.
Permíteme darte una
ilustración de lo que significa valorar algo. Supongamos que te muestro un
viejo y polvoriento violín con dos cuerdas sueltas y te digo: “¿No es esto
hermoso?” Tu reacción probablemente sería: “Eso no es hermoso; es viejo y sin
valor”. Pero si te dijera que es un Stradivarius original que perteneció a un
violinista de fama mundial, de repente, tu apreciación de este violín
polvoriento y viejo se engrandecería y preguntarías si puedes tocarlo. ¿Qué
pasó? Tu apreciación del violín cambió cuando comprendiste su verdadero valor.
De la misma forma, quiero
alentarte a valorar la preciosidad de lo que significa estar en Cristo −estar
en el lugar secreto de inseparable cercanía con Dios, donde tenemos Su
presencia amorosa constantemente con nosotros, velando por nosotros y
protegiéndonos. Te aliento con gran insistencia a seguir escuchando
predicaciones ungidas que te revelen de continuo quién eres y lo qué tienes en
Cristo. Continúa escuchando enseñanzas basadas en la gracia sobre las promesas
de Dios para protegerte, así como testimonios de la gracia y protección de Dios
sobre Su pueblo. ¿Por qué? Porque mientras lo hagas, comenzarás a valorar más y
más estar en el lugar secreto. A medida que lo hagas, encontrarás que tu
corazón y mente cada vez más descansan en Él. Te despertarás cada mañana
confiado en Su tierno cuidado, protección y preservación. ¡Vivirás una vida
llena de esperanza y entusiasmo en lugar de preocuparte y temer, y lo verás a
Él liberándote y protegiéndote de lo que el enemigo te arroje!
Amigo mío, el “lugar
secreto” habla de un lugar en Cristo, pero también habla de intimidad, ya que
es un lugar de cercanía. Para estar bajo la sombra de un objeto, necesitas
estar cerca de ese objeto. Hay veces que cuando viajo a Israel con mis pastores
el sol es abrasador. Cuando estamos al aire libre, ya sea en el Monte de las
Bienaventuranzas o en Capernaum, siempre buscamos estar bajo la sombra de un
árbol. La diferencia de temperatura cuando estamos bajo el refugio protector de
un árbol es como la noche y el día. Al aire libre, no duraríamos mucho bajo el
calor abrasador del sol. Pero bajo la sombra de un árbol, podemos sentarnos
durante horas, simplemente hablando de la Palabra de Dios. De hecho, durante
uno de nuestros viajes al aire libre, hicimos y trajimos nuestros propios
sándwiches y tuvimos el momento más refrescante sentados comiendo juntos bajo
un árbol.
Amado, estar bajo la
sombra del Todopoderoso habla de cercanía, intimidad y protección. Habla de un
lugar de refrigerio, frescura y descanso. Cuando el Salmo 91 habla de morar en
el “lugar secreto” del Altísimo, ese lugar secreto no es un lugar geográfico,
sino una intimidad espiritual con nuestro Señor. De la misma manera, la oración
de protección no es un encantamiento o algún tipo de canto mágico que te otorga
protección. Habla de que valores tu posición en Cristo y tu estrecha relación
con Dios, y de ser encontrado en ese lugar secreto con Él.
Él mira por los Suyos
Hace algunos años, recibí
un testimonio de divina protección de un hombre de negocios que asistía a
nuestra iglesia. Había estado en un viaje de negocios y se alojaba en el hotel
Marriott en Yakarta, Indonesia. Mientras estaba en el vestíbulo del hotel, de
repente oyó una fuerte explosión. Una bomba había sido detonada justo afuera y
se abrió paso a través del vestíbulo. La explosión fue tan poderosa que vio a
un cuerpo volando a su lado. Después de que el polvo se había asentado, se
examinó a sí mismo rápidamente y se dio cuenta de que, aunque su camisa estaba
salpicada de sangre y había escombros a su alrededor, quedó completamente
ileso. Sorprendentemente, había llegado detrás de un pilar en el mismo momento
en que la bomba explotó, y ese pilar lo había protegido del impacto directo de
la explosión.
¡Toda la alabanza y
gloria a nuestro Señor Jesús que vela por los Suyos! Simplemente piensa en lo
que podría haber ocurrido si este hombre no hubiera llegado al pilar en el
preciso momento en que la bomba explotó. Si hubiera caminado un segundo antes
de llegar al pilar o si hubiera estado más allá del pilar por un segundo lo
hubiera colocado directamente en el camino destructivo de la explosión. Aún con
toda nuestra inteligencia y agudeza, sólo nuestro Dios puede ponernos en el
lugar correcto en el momento correcto y mantenernos en Su protección divina.
Fragmento de "La
Oración de Protección" de Joseph Prince
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