¿Relación o religión? Barry Bennett

Aquellos que están casados, viven una relación de pacto que ha ido creciendo, cambiando y teniendo retos a lo largo de los años.

En los años de matrimonio, dudo que haya tenido dos días iguales. Todos los días veía diferentes cantidades de comunicación, diferentes niveles de conversación, diferentes actividades y diferentes expresiones de amor. No hay rituales en el matrimonio.

Algunos días es posible que hayamos pasado horas hablando, mientras que otros días puede haber habido poca o ninguna conversación dependiendo de las circunstancias. Un día con poca comunicación no pone en peligro tu pacto matrimonial. Hay paz y descansas en ese pacto.

Yo nací de nuevo hace 49 años. Durante ese tiempo he crecido, cambiado y fui teniendo una mayor comprensión del amor de Dios hacia mí. Nunca ha habido dos días iguales. Todos los días he visto diferente cantidad de comunicación con Dios, diferente cantidad de tiempo pasado en la Palabra y diferentes actividades en mi fe. No ha habido ningún ritual en mi relación de pacto con Dios. Hubo días en que he pasado horas hablando con Dios y otros días pude no haber tenido ninguna comunicación consciente en absoluto. Yo nunca pensé que un día con poca comunicación estaba poniendo en peligro mi pacto con Dios. Tengo reposo en ese pacto.

En ambos pactos es importante tener una comunicación sincera. Pero una relación es una comunión vital, dinámica que no será igual todos los días. No hay culpas en una relación viva. Es un compromiso de amor mutuo y bendición.

La religión no es una relación. Es una estructura forzada de modificación de conducta, requisitos y obligaciones que cuando no se cumplen, hacen sentir culpabilidad y deseo de escapar. Algunos matrimonios viven así también.

La verdadera vida, paz y la alegría nunca se encontrarán en la esclavitud de la religión. Sólo una relación amorosa puede llenar un corazón con vida, paz y alegría.

“Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo” (Romanos 5:1).

“Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” (Filipenses 4:7).

Disfruta de tu relación con Dios. Descansa en Su pacto contigo.