El secreto para una gran fe. De Joseph Prince
Mateo
8:10, 13: Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto
os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe…Entonces Jesús dijo al
centurión: Ve, y como creíste, te sea hecho. Y su criado fue sanado en aquella
misma hora.
¿Sabes
que solo hay dos personas en la Biblia de las que Jesús dijo que tenían “gran
fe”? El primero fue el centurión romano cuyo siervo fue sanado por la palabra
de Jesús (Mateo 8:5–13). La segunda fue la mujer sirofenicia, cuya hija
endemoniada también fue sanada por Jesús (Mateo 15:21–28). Te aliento a que te
tomes un minuto y leas ambos relatos en tu Biblia ahora mismo, antes de
continuar con el resto de la lectura de hoy.
Mientras
leía estos dos relatos una noche, el Señor me dijo: “Hijo, busca el denominador
común entre estas dos personas y descubrirás el secreto de una gran fe”.
Siempre
había pensado que el secreto de la gran fe del centurión era que entendía la
autoridad. Por ser un militar de autoridad, entendió así la autoridad del Señor
Jesús. Pero eso no se aplica a la mujer, que probablemente era ama de casa.
Entonces, ¿cuál es el denominador común de su gran fe?
Después
de haber tratado de averiguarlo por un tiempo, el Señor me dijo: “Ambos eran
gentiles. No eran judíos. Ninguno de ellos estaba bajo la ley de Moisés, y por
lo tanto no se descalificaron a sí mismos. Ellos no estaban bajo la condenación
de la ley, por lo que podían tener una gran fe para recibir de Mí”.
¡Guau,
qué poderosa revelación! ¡Ambos no estaban bajo la ley, que es lo opuesto a la
fe, por eso podían tener una gran fe!
La
Biblia misma dice claramente que “la ley no es de fe” (Gálatas 3:12). Y en otro
lugar dice: “Porque si los que son de la ley son los herederos, vana resulta
la fe, y anulada la promesa” (Rom. 4:14).
Verás,
la ley descalificará a las personas para que no reciban ninguna bendición del
Señor. Es solo la fe en Su gracia lo que califica a la gente de Dios y
despierta inconscientemente una gran fe para recibir lo que necesitan del
Señor. ¡Este es el secreto para tener una gran fe en cualquier situación de tu
vida!
Veo
esto tan claramente en la experiencia de Naomi que vive en Sudáfrica. Quedó
desempleada y se quedó sin lugar donde quedarse, habiendo sido rechazada por su
familia. Ella y su hijo terminaron encontrando refugio en un pueblo con una
familia pobre en condiciones deplorables, a veces comiendo alimentos sacados de
los basureros. A pesar de las extremas dificultades, ella escribió:
Realmente
creí que el Señor tenía el control total de mi vida y que las cosas estaban en
proceso de cambio. A pesar de todo, elegí poner toda mi fe en Dios, sabiendo
que Él restauraría y cambiaría mi vida. Sabía que Dios me amaba y que le dolía
verme pasar por todo esto. También sabía que Él cumpliría lo que había prometido
en Su Palabra.
Durante
ese período, me alimenté de la Palabra de Dios y Su gracia y elegí concentrarme
en las muchas bendiciones que ya estaba disfrutando: salud, gozo, paz y tener a
Jesús en mi vida. Un año después, el Señor me bendijo con un buen trabajo, un
auto, una casa y un hombre maravilloso que también está locamente enamorado de
Jesús. Mi hijo también duerme tranquilo ahora. Estamos entregados a Jesús y al
evangelio de la gracia, y lo compartimos dondequiera que vayamos.
Aquí
está la clave de la fe de Noemí. Ella dijo: “Gracias, pastor Prince, por
revelar la belleza de nuestro Señor Jesús de una manera tan simple pero
poderosa. Simplemente me hizo enamorarme de Jesús”.
Amigo
mío, cuanto más ves a Jesús, su hermosura y su obra consumada de gracia, más fe
surge en tu corazón. Tendrás una fe inconsciente para creer lo que la Palabra
de Dios dice acerca de ti y para pedirle con denuedo. ¡Realmente se trata de
Jesús, de ver su amor y permitirle amarte y ser rico en gracia contigo!
Traducido por Claudia Juárez Garbalena
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