ACEPTAR A DIOS POR LAS COSAS QUE SE VEN - Por Juan Luis Molina
PORQUE
DESNUDOS LLEGAMOS AL MUNDO
No le será
difícil a nadie aceptar que, el verbo “creer”, incluso con el sentido de su
significado común del hombre, el hombre lo caracteriza por la convicción mental que mantiene cada individuo en su
interior. Creer siempre tiene que ver con la idea de la cual se encuentra
“plenamente persuadido” cada uno. Decir, por tanto, como
muchas veces oímos, que una persona es “creyente”, no quiere decir
absolutamente nada. Es una afirmación muy vaga e imprecisa, puesto que todos
los hombres tienen dentro de sí algunas
convicciones, inclusive también
los demonios creen y tiemblan. Creer es algo que hacemos todos los días y a
cualquier hora de manera natural; pero la pregunta que formula Dios
es la siguiente, ¿en qué cree cada persona? ¿De qué está plenamente persuadido cada uno?
No podremos
decir, aunque muchos se persuaden de lo contrario, que hay ideas originales del
hombre. ¿Qué persuasiones traías tú cuando te dio a luz tu madre? Ninguna
convicción “brota nueva” del corazón de nadie, sino que le viene de afuera al
hombre. Aunque haya muchos que juzguen lo contrario, la verdad es que todo lo
que una persona asimila y manifiesta después en su vida, lo asimila porque le
llega a través de sus cinco sentidos. Esto es fácil de comprender. Si un recién
nacido pudiese sobrevivir sin referencias humanas, sino sólo las de algunos
animales, su propia conducta no sería el resultado de su imaginaria educación,
sino que reflejaría el comportamiento que detectó con sus cinco sentidos a su
alrededor; en este caso, sólo reflejaría el comportamiento habitual de los
animales.
Así sucede
siempre con todo lo que se convence el corazón o sede de la
vida personal del individuo: El hombre nace desnudo de convicciones – ninguna
idea brota de él originalmente. Si no que TODA su convicción proviene de la
misma fuente: lo que se refleja y le aparece por sus cinco sentidos, desde que
nace, hasta que se muere el hombre. Sus sentidos forman, así, las convicciones
de las cuales se persuade cada uno en su interior. Todas sus persuasiones
provienen de un mundo que ya existía cuando él nació, y al cual llegó
desnudo. Así, pues, bien podremos decir que no hay ideas ni convicciones
originales del hombre Teófilo. Pero el hombre acepta, o rechaza todo aquello
que le pasa por sus cinco sentidos. Tanto de sus cinco sentidos físicos con los
cuales nace, como con los espirituales cuando renace en el bautismo del
espíritu. El hombre solamente acepta o rechaza lo que se le ofrece en sus
respectivos sentidos.
Cuando el hombre acepta la
información que le llega por sus cinco sentidos físicos, y se persuade de las
doctrinas de los hombres, cuando así se convence, aparecen reflejados en su
vida la duda, el
temor y el miedo en sus tentativas y fracasos. Todo lo que refleja
el espejo del mundo a sus cinco sentidos, le causa al hombre las convicciones
de las cuales se viste y todos sus temores; porque la duda, el miedo, la
inseguridad y la falta de confianza están siempre patentes en el mundo de los
sentidos naturales y físicos del hombre. Todo está impregnado de corrupción y
de muerte en su carne, y muere. La esencia de todas las cosas mundanas que
rodean al hombre impregna sus convicciones y muere todos los días hasta su
extinción. Si no envuelve del todo el espíritu al hombre, a este en su carne le
envuelve en la duda, temor y miedo todas sus persuasiones naturales. Basta
echar una ojeada en un periódico diario o escuchar las noticias de cualquier
espacio informativo en la televisión o en la radio, y nos servirá de afirmación
a lo que nos demuestra Dios y estamos testificando. No podemos dejar de ser
bombardeados por asuntos
“mundanos” que minan, hurtan y corrompen aquello que nos propongamos. Las
personas, desde que nacen, nacen empapadas en, y de, una atmósfera física
animal, terrenal y diabólica. Y dice Dios que nadie podrá jamás verse
libre por “sí
mismo” de su influencia en este ABISMO. A pesar de lo que diga la mayoría y sus
Altas Autoridades, lo más lejos que irá el hombre del mundo, en medio de su
abismo con Dios, será esperar que se le tienda una Mano de fuera.
Precisábamos
de una vida nueva que sustituyese la nuestra vieja primera. Sólo en Cristo se reposa a la
diestra del Altísimo y se acaban los esfuerzos: las tentativas y los fracasos -resucitamos
de nuevo para Dios. Por eso, ya no nos afectan las influencias que
empapan el mundo vestidos de Cristo. Ni de sus temores ni de sus angustias nos
vestimos mentalmente ahora. Precisábamos de una nueva vida que nos librase de
la nuestra vieja y esclava del pecado Teófilo. Para disfrutar de todo lo bueno en gran manera que Dios te otorgó,
tienes simplemente que permitir la vida de Cristo salga por ti, sin
esfuerzos sino solo porque lo aceptas. Y a medida que con sus sentidos
mires tú sólo al Padre, se te van dando a conocer Sus inconmensurables riquezas
y poder y tesoros. Toda la gloria de Dios se vierte en nosotros aunque andemos
en medio de la corriente infernal que impregna a todos los reinos de la tierra.
Este es el tremendísimo poder que tiene cada miembro en este maravilloso Cuerpo
de Cristo.
LA DIFERENCIA ENTRE REINOS
Nuestro Padre
es un Dios de Amor.
Formulemos ahora una pregunta:
¿Por qué irá el mundo progresivamente de mal a peor como dice Dios, y no pueden
dejar de confesar los hombres? - Igual que el ser humano envejece, así también
caduca y va secando todo lo del mundo. Todas las cosas hechas que se ven
envejecen. Nada escapa a está condenación que tuvo inicio en el principio,
cuando el hombre fue arrojado del paraíso. Es una corriente irreversible que
nadie podrá parar. Cada día que pasa se encuentra todo más decrépito y enfermo
y de la Palabra de Dios no faltará ni una sola jota o tilde.
¿Qué tendría
que ver el Creador de los cielos y de la tierra con todo el ka-os y desorden
que empapan este mundo? La naturaleza que derrama nuestro Cristo,
su vida, está hecha de otros materiales. El significado de
la palabra griega ZÖE es la vida en todas sus partes buena y agradable en
gran manera que se
manifiesta en tu Cristo: el nuevo hombre creado según Dios. El segundo
Adán.
CÓMO ENTONCES
NOS HALLÓ DIOS
Y dice
Dios a todos los hombres:
A todos los
vivientes, a cada uno Le di YO de Gracia, desde entonces, la posibilidad
de glorificar al “Autor de Todas las Cosas que se Ven.”
“Al Dios
Creador de todo el universo sea la Gloria.”
¿Lo ves
Teófilo? Todas las personas, en todos los reinos de la tierra sin excepción, aunque
todos hayamos bebido del vino de la Gran Ramera, podemos reconocer Su Mano. La
Mano del Creador Único se encuentra visible y palpablemente por detrás de las
Cosas Hechas que tenemos alrededor: Los Maravillosos Cuadros Vivos del Mejor
Arquitecto de la Vida. Sus deleitables obras y Sus delicadas labores las pueden
apreciar y distinguir todos los hombres y mujeres y seres vivos que vienen a
este mundo, sin excepción o distinción. No hace falta ser ni científico ni
matemático para distinguirlo. ¡Un simple ignorante las puede a veces ver y
palpar mejor! Pero si el hombre prefiere suponer, como se persuade
suponer una gran parte, que, “Todo En El Universo”, ha sido fruto del acaso, es
decir, si rechazan que hay un Magnífico Autor firmando toda Su Obra con Su
Dedo, y prefieren imaginarse que todo lo que tienen por detrás Sus Obras lo
descubren "ellos propios", les digo, YO DIOS, que no tienen
excusa ni remedio. Pues, así, el hombre prefiere otorgarse la gloria a sí
mismo; se engaña pensando que no tiene a nadie por encima de él que le enseñe,
sino EL HOMBRE: ¡Él no tiene nada más que seguir haciendo tentativas buscando
la verdad! ¡Ser persistente en sus fracasos! ¡Ya vamos muy lejos! -dicen ellos–
Pero la verdad es que, hoy en día, Teófilo amado, se destruye la humanidad
entre sí como no lo hacían nuestros antepasados en la edad media. A medida que
suceden los descubrimientos y se llevan desenterrando nuevos materiales, se van
poniendo todos al servicio de la autodestrucción del propio hombre, sin que el
hombre pueda refrenar todo su desvarío por el poder y el señorío, y por su
amor al dinero. - Por eso el mundo va irremediablemente de mal a peor,
como nuestro Creador anunció desde temprano en el principio. “Maldita será la
tierra por tu causa.” ¡No por la Mía.- pues Yo hice todas las cosas
perfectas en su día, antes de ponerlas en sus manos al hombre!
LOS CUADROS DE
LA VIDA Y EL DEDO DEL ARTISTA
Sin embargo,
viéndonos rodeados de Sus majestuosos cuadros de la vida por todas partes,
aunque estén envejecidos por el uso que le dio el hombre en su día (hoy en día)
¿qué relación podría haber entre el Autor de todas las cosas hermosas
que “todavía” se ven y permanecen hasta nuestros días, con el autor de la
nefasta destrucción y amargura que impera en el mundo del hombre?
Hay críticos
de arte que saben perfectamente distinguir los trazos y técnicas de grandes
pintores, saben discernir sus obras originales y pueden, sin ningún problema,
decidir si son auténticas, o copias, las telas que tienen enfrente - aunque
sean casi iguales. Pero, sin embargo, con las maravillosas cosas que se ven hechas por Dios no sucede así.
Aunque Sus obras sobresalen perfectas entre todo lo que se ve, no hay
muchos (todavía) que se pregunten: ¿Qué tiene que ver el Arquitecto que ha
hecho toda esa Vida Maravillosa, con el que hizo la muerte y destrucción que
impregnan al hombre? ¿Qué tipo de religión debe profesar Quien ha sido capaz de
hacer una obra de este calibre? ¿Qué le ha sucedido al hombre, que no conoce a
Su Hacedor el Artista sino solo de oídas?
DIFERENCIAS
La maravillosa naturaleza viva de
Dios se distingue, como el día de la noche y lo amargo de lo dulce, de toda la
sabiduría proveniente del hombre y Satanás. Son sabidurías distintas. ¡Opuestas
y enemigas! Entre
sí nada tienen en común. Son dos Autores diferentes luchando entre sí en
nuestro entendimiento. Sin embargo, las falsificaciones de las obras de arte mundanas
pueden ser claramente distinguidas por el hombre, aunque sean por el contrario
casi iguales a sus originales en sus copias. ¿Cómo es posible? ¿Quién ciega así
el entendimiento a los hombres? Porque la diferencia
entre una y otra Esfera es del todo palpable a los ojos de cualquier niño; sin
embargo, ¿cuántos son los adultos que reconocen al Creador que escribió con Su
Dedo Su firma, entre las Cosas que se Ven? ¿Quién está libre y no se ha
contaminado del vino de la Ramera, para poder abrir sus ojos, y contemplar a
cara descubierta lo que ven solo “los niños de pecho”, libres de persuasiones
carnales?
Nada tiene que ver la Vida con la
Muerte. Hasta el más niño de los hombres podrá siempre ver Su Firma e
imputarle toda Su Gloria al Creador. Distinguir el enorme contraste entre los
dos Autores y volverse agradecido para el Dios vivo y verdadero, a Quien
corresponden justamente todo el honor y la gloria, y el poder para hacerlo todo
de nuevo.
Por eso, dice Dios, que no tienen excusas los hombres. Porque todos, aún
aquellos que no han oído hablar de Jesucristo, TODOS pueden reconocer la
existencia de Aquel que se encuentra por detrás, firmando con Su dedo todas las
cosas buenas y agradables QUE SE VEN, y esperar de Él Su salvación de fuera. De Su Reino. Porque al hombre que
busque al Creador de “las cosas buenas y agradables que se ven”, el Propio Creador se
bastará para hacerle ver lo que no puede
ver con sus cinco
sentidos: ¡Sus cosas invisibles. Su tremendo Poder y Deidad en manifestación en
contraste absoluto con este reino de la carne!!
DEL LIBRO “EL ARQUITECTO DE ZOE”.
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