"EL APOCALIPSIS O EL DÍA DEL SEÑOR" Por E. W. Bullinger (LA SEXTA VISIÓN EN LA TIERRA- 2ª. Parte) 17ª Publicación
Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca. Apocalipsis 1:3
Por
E.W. Bullinger, D.D.
Segunda edición
(Revisada y corregida)
1909
Traducción al español por Juan Luis Molina
Con la colaboración
de
Claudia Juárez
Garbalena
W. Cap. 17. La Gran Ramera.
Esta
es la segunda de las tres grandes divisiones de la sexta Visión “en la Tierra”.
Las mostramos de la siguiente manera:
La
Primera (cap. 16). Los grandes Juicios.
La
Segunda (cap. 17). La gran Ramera.
La
Tercera (cap. 18). La gran Ciudad.
La primera de
estas es la que acabamos de completar, y pasamos a la segunda, a la del cap.17
la cual, tal vez más que cualquier otra, ha causado la más salvaje anarquía
entre las varias escuelas de expositores.
Es uno de los más prominentes de todos los temas o sujetos de los cuales
trata el Apocalipsis. De hecho, tomado con el capítulo dieciocho, que hace
parte de la misma Visión ( la sexta “en la Tierra”), es la más notable de las
profecías de este libro. Ninguno de los planteamientos que le dan los
comentadores actuales es consistente o satisfactorio. Los expositores preteristas divergen entre ellos
mismos en cuanto si “la gran Babilonia” significa la ciudad de Roma, o la
Iglesia de Roma: La Roma pagana o la Roma Papal. Pero si fuese solo esto lo que
este solemne capítulo significase, bien podemos decir con el Dr. Seiss: “Si no
podemos encontrar un fundamento más sólido que aquel en el cual se apoya la
teoría de Roma, debemos consignar la totalidad del tema a la categoría de dudas
e incertezas; y dejar de lado estos tremendos presagios como si no existieran.”
*
* Lecturas sobre el Apocalipsis, vol. 3.
p. 109.
Pero
alcanzaremos mejor nuestro objetivo si guardamos el propio Texto de la Palabra;
aprendiendo su cuadro o alcance completo desde su estructura; y dando su
traducción.
Ninguna
teoría actual toma en cuenta la totalidad
del cuadro. Se sobre valorizan uno o dos puntos, y se tratan de manera
totalmente diferente a toda la proporción del resto; mientras que otros puntos,
bien más esenciales, son pasados por alto mañosamente, o totalmente ignorados.
Cualquier interpretación que sea satisfactoria debe tomar en cuenta la totalidad de lo que está escrito; y debe
tratar cada parte con la idea de que era indispensable.
El capítulo en sí
está dividido en dos partes; (I) la Visión,
y (II) su Interpretación.
W. Cap. 17 La Gran Ramera.
W | Y | 17: 1-6. La Visión.
Z | 17: 7-18. La Interpretación.
Z | 17: 7-18. La Interpretación.
Y
expandiendo primeramente “W,” La Visión (17:1
a 6), hallamos que está construida de la siguiente manera:
Y | C
| f | 17: 1-. Lugar: “Acá”.
g | -1-. La gran ramera.
h | -1. Su asiento.
i | 2. Sus cómplices.
C | f | 3-. Lugar: “el Desierto”.
g | -3-. La mujer.
h | -3. Su asiento.
i | 4-6. Ella en sí misma.
g | -1-. La gran ramera.
h | -1. Su asiento.
i | 2. Sus cómplices.
C | f | 3-. Lugar: “el Desierto”.
g | -3-. La mujer.
h | -3. Su asiento.
i | 4-6. Ella en sí misma.
17:1
Y vino entonces uno de los siete ángeles
que tenían las siete copas,] No se nos dice cuál de entre los siete se
trata; pero probablemente sería el último; siendo además el derramamiento de su
Copa la que traería en memoria a la gran Babilonia delante de Dios.
Y habló
conmigo*, diciéndome:
“Ven acá, y te mostraré la
sentencia contra la gran ramera, la que está sentada sobre muchas aguas; (2) con la cual han
fornicado los reyes de la tierra, y los moradores de la tierra se han
embriagado con el vino de su fornicación”.
]
* G.L.T.Tr.A. WH.
y RV. omiten (...) (moi) conmigo.
Hemos
observado anteriormente, que cuando se emplean los símbolos en este libro,
generalmente son explicados por Espíritu Santo mismo. Cuando este no sea el
caso, debemos hacer uso de nuestro mejor juicio y comparar otras Escrituras,
para que se vea, tan claramente cuanto podamos, qué es lo que el símbolo
significa. Pero, cuando Él es quien nos cuenta lo que el símbolo significa, no
debemos tener ninguna duda o incerteza. No podremos equivocarnos si guardamos
la interpretación que el Espíritu Santo mismo le da. No tenemos que re interpretar Su interpretación; o que dar
explicaciones posteriores a su explicación. Si hacemos eso, estaremos tratando
la inspiración Divina como si fuese otro
símbolo. Esto es por tanto lo que no debemos hacer; sino aceptarla, y
creerla, y apoyarnos en ella.
Ahora
bien, en este capítulo, al Espíritu le ha placido darnos Su propia interpretación de la Visión. Hemos visto cómo se enfatiza
en la estructura, la cual se encuentra expresamente dividida en estas dos
partes. Las hemos señalado:
"Y"
(verss.1-6), que es la Visión, y,
"Z" (verss. 7-18), que es la Interpretación.
"Z" (verss. 7-18), que es la Interpretación.
Estas
dos se subdividen a su vez en una manera similar y correspondiente. Cada una se
introduce por una Promesa (“C” verss.
1 y 2 y “D”, “E” vers. 7); y es seguida por la Realización de esa promesa (“C”
verss. 3 a 6 y “D” verss.8 a 18). Observe la estructura de “Y” y “Z”.
De
esta manera llama nuestra atención el Espíritu Santo para Su interpretación, y
nos señala su importancia.
Si seguimos en
esta dirección, todo se vuelve claro y transparente.
De
hecho, será mejor que demos la estructura de la Interpretación (verss. 7 a 18)
aquí, y ahora, e incorporar las dos juntas, para que la una pueda elucidar a la
otra; y que así podamos utilizar ambas con mayor provecho.
Z. 17:
7-18. La Interpretación de la
Visión.
Z | D | 7-. La Mujer.
E | -7. La Bestia.
E | 8-17. La Bestia.
D | 18. La Mujer.
E | -7. La Bestia.
E | 8-17. La Bestia.
D | 18. La Mujer.
El miembro E (verss. 8 a 17) requerirá una expansión
posterior; junto con la consideración especial por la cual se resalta la
estructura de ese miembro.
Ahora
bien, hay un principio comúnmente
conocido que se practica generalmente en álgebra con gran provecho en la solución
de un problema; y ese principio es, donde una cosa representa a otra, esa una se expresa en los términos de la
otra.
El
mismo principio podemos seguir aquí, donde tenemos la Visión y la Divina
interpretación ofrecida. Vamos a re -escribir la Visión en los términos de la interpretación: es decir, en vez de poner lo
que Juan vio, pondremos la explicación, y así pondremos todo más claro delante
de nuestras mentes.
Vamos,
por tanto, a hacer esto, utilizando dos diferentes clases o tipos para tornar
el asunto más claro y que nos capacite para distinguir cuál es la profecía
simbólica, y cuál es la interpretación Divina. Con eso habremos introducido la interpretación dada en la última parte del
capítulo, y sustituido (en itálico) por los símbolos utilizados en la primera
parte del capítulo, de esta forma:
Vers.
1. “Ven acá: y te mostraré la sentencia de la gran Ciudad que gobierna sobre los reyes de la tierra (vers.18) y sobre los
pueblos y multitudes y naciones y lenguas (vers.15) con quien los reyes de la tierra han practicado idolatría,* y los
habitantes de la tierra que han tomado parte de SU idolátrica adoración”.
*
Fornicación es en todos los lugares en la Biblia el término común empleado para
el pecado de idolatría, no solamente
debido a que es una infidelidad a Dios abandonándolo a Él, el Dios verdadero,
por la adoración de falsos dioses; sino porque literalmente forma una parte
esencial de toda la pagana idolatría. Vea Lv. 20:5. Números 25:1, 2. 2a
Crónicas 21:11. Isaías 1:21; 23:17. Jer.2:20; 3:1, 6, 8. Ezequiel 16:15 q 17,
28, 29, 31, 34, 35, 41; 20:30; 23:5, 9, 43, 44. Oseas 2:5; 3:3; 4:5, 10, 13 a
15. Miqueas 1:7.
Esto,
por supuesto, caracteriza la adoración de la Roma pagana, pero no puede
verdaderamente ser dicho de la Roma Papal, de la cual se interpreta comúnmente
que está hablando este capítulo. Pero si consideramos que esta fue la marca de todas las naciones idólatras, esto no la
hace, en sí misma, identificar esta ciudad con la Roma Pagana: porque es una
ciudad, dice el Espíritu (vers. 18).
3.
Y él (es decir, el ángel) me llevó en (por) el espíritu] En el pasaje
del cap. 1:10, se introduce mucha luz acerca de esta palabra, (…) (en pneumati) que significa por el espíritu, o
a través de poder espiritual, tal como en 1:10; 4:2; 21:10. Hechos 8:26, 29, 39.
Al desierto; y vi
a una mujer] esto es, aquella gran ciudad (vers. 18).
Sentada
sobre una bestia escarlata] es decir,
sustentada por aquel ser que se describe en los versículos de 8 a 11.
Llena
de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos] Ahora debemos tratar este versículo como tratamos
los versículos 1, 2 arriba, y expresar la
visión en términos de la interpretación:
…3.
“Y vi aquella gran ciudad que gobierna sobre los reyes de la tierra (vers.
18), llevada por la Bestia de los
nombres blasfemos que era, y no es, y
ascendió del pozo del abismo, y va a perdición (vers.11), que tenía siete reyes (vers. 10), que sustentan aquella gran ciudad que gobierna sobre
los reyes de la tierra (verss. 9 y 18); y diez reyes que aún no han recibido
reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la
bestia. (vers. 12), el cual es el octavo rey (vers. 11), que
era y no es, y será” (vers. 8).
Ahora
entonces, tomando todo esto en cuenta, ¿no está claro que con lo que estamos
tratando aquí, no son con poderes mundanos en el sucesivo o mortal estado, sino
con individuos en su forma sobrehumana y contemporánea?
Es
muy importante para nosotros que notemos este hecho tan remarcable, el cual es
vital para la comprensión de toda la Visión y su interpretación Divinamente
ofrecida.
A
nosotros no nos corresponde interpretar la Visión. Eso ya se ha hecho por
nosotros. Lo que tenemos que hacer primeramente es creer lo que dice Dios, y después intentar entenderlo.
Los
poderes mundanos de Daniel 2 son vistos allí en su estado mortal, y por eso se
ven en su existencia sucesiva, en la
cual fueron poderes rivales. En
Apocalipsis 13 y 17 se ven en su estado sobrehumano, y forman entonces un vasto
Poder colosal único, teniendo absoluto dominio en el mundo. En Daniel 7:26,
este Poder se ve siendo juzgado en su totalidad, y yendo a perdición. Daniel
7:26 trata del estado sobrehumano como se hace también aquí en los capítulos 13
y 17.
La
Bestia recibe su herida de muerte en su estado mortal, antes de descender en el
Abismo. Y sale o asciende de él con las otras cabezas y diez cuernos. Todos
aparecen juntos y son vistos reunidos es su forma sobrehumana.
El
capítulo 12, cuando comparado con los capítulos 13 y 17, nos muestra que son
dos grandes confederaciones de las que se trata: la Celestial y la Terrenal - y no son idénticas.
Existe
la Confederación del Dragón de los siete dominios celestiales con sus diez ejércitos.
Esta es una Confederación de ángeles diabólicos con Satanás a la cabeza (cap.
12).
La
otra Confederación es de mortales que descienden al Abismo, y ascienden siendo
una confederación sobrehumana sobre la tierra (caps. 13 y 17).
Son
ángeles los que forman la Confederación bajo Satanás en los cielos.
Hombres
sobrehumanos forman la Confederación bajo el mando de la Bestia sobre la
tierra.
Estas
Confederaciones son distintas entre sí.
Lo que se nos dice
de la Bestia en el cap. 17:4, concierne en su relación a Babilonia.
17:4.
Y la mujer (es decir, la gran
ciudad, vers.18) estaba vestida de
púrpura (Jueces 8:26. Ester 1:6) y
escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la
mano un cáliz (Jer. 51:7) de oro
lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación:]
Debemos
una vez más presentar la visión de este versículo en términos de
interpretación:
4.
Y aquella gran ciudad que gobernaba sobre los reyes de la tierra
(vers.18) estaba embellecida con
púrpura y escarlata, y adornada con oro y piedras preciosas, y perlas, teniendo
un maravilloso y atractivo sistema de
idolatría lleno de abominaciones, y
teniendo las impuras provisiones para
sus prácticas de idolatría”.
Esta
gran ciudad es descrita como teniendo todo tipo de lujurias, asociadas con su
idolátrica adoración. La palabra “Abominación” se emplea de un ídolo (vea 2ª
Reyes 23:13. Isaías 44:19); y en el plural, de idolatría (vea Deuteronomio
18:9; 29:17; 32:16. 1ª Reyes 16:3; 21:2; 23:24. También Ezequiel 8:6, 9, 13,
15, 17; 14:6; 16:2; 20:7, 8). Sin duda alguna que los ídolos y la idolatría
fueron así denominados, debido a las impurezas practicadas en su culto o
adoración. ¿Podríamos dudar de que cuando nos encontramos con la palabra aquí
en Ap. 17:4,5, tenemos la misma impura idolatría referida?
5.
Y en su frente un nombre escrito: un
signo secreto.] Por imprimir (de su propia autoría) la palabra “misterio”
en letras mayúsculas grandes, la AV. lo hace aparecer como parte del nombre.
Los Revisores le han seguido el ejemplo, imprimiendo el nombre en mayúsculas
pequeñas en vez de grandes (como en el caso de la Reina- Valera). Pero las dos
tienen al margen dicho “o entonces, un
misterio, BABILONIA LA GRANDE”, como si la palabra “misterio” no formase
parte del título. Nosotros juzgamos que ese es el caso, y creemos además que lo
que viene a seguir a la palabra “grande”, no forma parte alguna de este
“nombre,” sino que es el Divino significado y su descripción.
Así leemos, que
tenía un nombre escrito en su frente - un símbolo secreto.
“BABILONIA
LA GRANDE”, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra.] Escrito en la frente de la mujer, había un
signo secreto o símbolo. Eso no significa que ella o cualquier mujer pueda ser
descrita así. Sino que, una vez que la explicación de lo que la mujer
representa se deja diferido hasta el último versículo del capítulo, el
significado del nombre era un secreto, hasta que allí y entonces se nos revela que se refiere a “la gran ciudad” (vers. 18),
y no a una mujer individual, ni a ningún ser humano.
La
palabra (…) (musterion) significa
simplemente un secreto. En la Versión
Septuaginta aparece solamente nueve veces, hablando del secreto (sueño) del rey
cuando se le fue de su memoria (Daniel 2:18, 19, 27, 28, 29, 30, 47 (dos
veces), y 4:9). Vea también su uso en los libros Apócrifos en el mismo sentido.
Pero los padres griegos cristianos usaron la palabra como si fuese un signo,
tanto sea de palabras como de actos. Ellos hablan de la ofrenda de Isaac como
si fuese un misterio: esto es, un signo, o símbolo del propósito secreto de Dios concerniente a
Su Hijo, Jesucristo. Y lo han usado de manera intercambiada con las palabras
(…) (tupose) tipo; (sumbolon), símbolo, y (…) parabole) parábola.
*
Eclesiástico 22: 22:“Si has abierto tu boca contra un amigo, no temas, porque
puede haber una reconciliación; excepción sea hecha para los acusadores, y
arrogantes, y que desvelan un secreto, y
que siempre son desleales: porque por estas cosas hacen huir la amistad.”
Eclesiástico
27: 16, "Aquel que revela secretos destruye
la amistad: y nunca encontrará un amigo”.
Eclesiástico 27: 17: "Ama a tu amigo, y guarda con él la fe; pero si revelas sus secretos no vayas mas en pos de él”.
Eclesiástico 27: 17: "Ama a tu amigo, y guarda con él la fe; pero si revelas sus secretos no vayas mas en pos de él”.
Eclesiástico
27: 21: "Una herida puede sanar; y después de la pelea puede haber una
reconciliación; pero aquel que revela secretos
ha perdido su esperanza”.
2 Macabeos 13:21: "Pero Rodocus, del rango de los judíos, le dio a conocer al enemigo los secretos de sus conciudadanos.”
Sabiduría
2: 22, "Y ellos (es decir, los malvados) no conocían los secretos de Dios.”
Sabiduría 14: 23, Matando a sus hijos…o celebrando ritos secretos.”
Sabiduría 14: 23, Matando a sus hijos…o celebrando ritos secretos.”
Tobías
12: 7, 11, "Es bueno guardar cerrado el
secreto de un rey, pero al mismo tiempo revelar gloriosamente todas las
obras de Dios.”
Judith 2: 2,
"Nabucodonosor llamó a todos sus siervos, y a todos sus hombres de
renombre, y les comunicó sus secretos consejos. (lit. los secretos de su voluntad)”; esto es,
sus planes en cuanto a la campaña que les iría a encomendar. Esta expresión es notable:
to musterion tes boules. En Efesios
1:9 tenemos una expresión similar: to
musterion tou thelematos, los misterios de su voluntad. Las palabras que se
usan para “voluntad” son diferentes. Con
Nabucodonosor significa que había tenido aquella voluntad porque así lo había determinado hacer. Con Dios (Efesios
1:9) significa que había tenido esa voluntad, porque así lo deseó hacer Él: esto es, en Su secreto
propósito, consejo, o plan.
El
significado de la palabra misterio, por
tanto, aquí en Ap. 17:5, 7, debe tener este último significado que la palabra
adquiere. Damos unos pocos ejemplos en una nota.* Y se podrían citar otros,
pero con estos será suficiente para mostrar cómo la palabra misterio ha venido, en este momento, a
ser sinónimo con símbolo. Tal vez signo secreto pueda expresarlo mejor; y
este era el uso de la palabra cuando esta Revelación le fue dada a Juan. Por
eso, en este libro, debemos darle a la palabra este significado.
* Justino
Mártir (148 D.C.) dice que, en todas las falsas religiones, a la serpiente se
representa como “un gran símbolo y misterio (Apol. 1:27). Justin Martyr (A.D. 148).
Así
también en referencia al Cordero Pascual él dice, “el misterio, por tanto, del Cordero…era un tipo de Cristo.”
Hablando de Isaías 7:14, “He aquí una virgen concebirá y dará a luz un hijo”,
dice él, “una vez que esto se refiere a la casa de David, Isaías explica cómo
lo que fue dicho por Dios a David (…) (en
un misterio), vendría verdaderamente a suceder y cumplirse. “Tal vez” añade
él después, “no estés al tanto, amigo mío, de esto: de que había muchos dichos
escritos (…) (epikekelumenos)
obscuramente; o (e parabolis) en
parábolas; (…) musteriois) por signos secretos; o (…) (en símbolois) en símbolos, con los cuales expusieron los profetas
a quienes vivieron después, lo que ellos dijeron o hicieron.
En
Ap. 20, las siete estrellas se emplean como un signo secreto para algo que significaban (Igual que Efesios 5:32).
Así
que aquí, en 17:5, 6, el nombre de la mujer es un signo secreto; y se refiere a alguna cosa más profunda de lo que el
propio nombre pueda transmitir. El nombre era el nombre, no de una mujer, sino
de una ciudad, “aquella gran ciudad”, la propia Babilonia. Pero no significando
meramente la ciudad material como tal, sino el vasto sistema de idolatría con
que se conecta. Eso es por lo que viene a seguir a la explicación del signo
secreto “la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra”. No
meramente de Roma, o incluso Babilonia (como una ciudad), sino “de la tierra”:
esto es, la madre, o el origen de todos los sistemas de idolatría que desde
entonces ha inundado “la tierra” de esa gran
fuente única; y de la cual el Romanismo es solamente un brazo.
Este
es el secreto del “misterio de
iniquidad” al que se refiere 2ª Ts.2:7.
Babilonia fue el
origen de toda idolatría.
Aquí
tenemos dos cosas, (1), la realidad, la cual es aquella “gran ciudad,” que será
vista por los profanos; y (2) la mujer, que es el “signo secreto” de lo que
significa.
El
retrato de la mujer, como está descrito, debe ser tomado como “la cortina del
telón”. Pero los iniciados son aquellos que habrán sido admitidos por detrás de
él, y aprendido “las profundidades de Satanás”: y, por detrás de los escenarios
en su propio gran teatro, aprenderán lo que significa la religión de Satanás en
cuanto a su “adoración a la Bestia”.
Los
no iniciados o profanos verán
simplemente la cortina: la ciudad maravillosa. Compare Proverbios 9:13 a 18,
donde ambas se muestran y pueden muy bien ser aplicadas aquí al pasaje.
La
idolatría no era un mero pecado en que las personas se iban hundiendo
progresivamente; sino que era la creación, a través de la sabiduría de Satán,
de un poderoso sistema, el cual tiende a guiarnos a su propia adoración.
Nimrod
es mencionado como el gran fundador de este asombroso esquema de Satanás.
Babilonia fue su ciudad (Gn. 10:10). ¿No tuvo la ciudad de Caín ante la
respuesta del diluvio para la gente de aquel día, el mismo fin que tiene esta
la Babilonia posterior? Cada una sería
la capital de sus respectivos sistemas de idolatría. Las palabras “Caín salió
de la presencia del Señor” son muy significativas. Así como el nombre de la
ciudad de Caín también lo es. Él llamó a la ciudad Enoch”, que significa iniciado.* La corrupción de la humanidad
expuesta en Génesis 6 debe haber llevado a formas anormales, que serían reconocidos
como los semi - humanos, o seres sobrehumanos, que vienen a ser el Nephilim, el
Renfaim, y Anakim de la Escritura; los Titanes de los griegos. Serían
reconocidos como los adoradores de Ishtar, Isis, Ashtaroth, y todas las
abominaciones de la prostitución espiritual.
* Proveniente de
la ráiz (…) (chahnak), iniciar, dedicar.
Así
vemos cómo “aquella gran ciudad”, Babilonia, fundada por Nimrod, fue la fuente
original de toda idolatría.
Esto
no es verdad de Roma. La Roma pagana en sí misma era solamente un sistema más;
uno de los putrefactos afluentes de aquella corrupta corriente. La Roma Papal
es solamente otro mero afluente. ¡No es posible que una parte pueda ser la totalidad! No es posible que uno de los
muchos afluentes pueda ser la fuente original de todos los ríos. ¿Había o no había
idolatría antes de la Roma pagana? ¿Cuándo vino entonces la adoración de
“Moloc” y “Renfán,” y “Quium”, en el desierto (Hechos 7:43. Amós
5:25, 26), y la adoración de Ashtoreth, la abominación (esto es, el ídolo) de los Sidonios, y Quemos, la
abominación de los Moabitas, y Milcom, la abominación de los hijos de Amón, que
fue introducida por Salomón (1ª Reyes 11:5. 2ª Reyes 23:11)? La descripción aquí
hecha nos lleva de vuelta hasta el origen mismo de todas las abominaciones de
la idolatría pagana. El lugar de Roma en la historia hace que eso sea una
imposibilidad absoluta. ¡Eso sería tan absurdo como decir que el movimiento
Sionista de nuestros días fue el origen o la madre de la nación judía!
Justo
igual de imposible se hace identificar a esta gran ramera con la Babilonia de los
días de Nabucodonosor y por la misma
razón. No está ubicada lo suficientemente atrás en el tiempo (la Ramera es
anterior). Nosotros tenemos que ir más para atrás, y encontrarla en el origen,
en Génesis 10:8 a 10 y 11:9. Allí es donde la encontramos en la tierra de
Sinar. Bajo Nimrod dio comienzo la obra en el espíritu del Anticristo; su
objetivo construyendo una ciudad, y de ponerle a su gente un nombre, fue para
que no fuesen diseminados. Babilonia fue edificada en rebelión contra Dios.
Nimrod fue “el primer poderoso en la tierra” (Génesis 10:8). Llamó a su ciudad
Bab El. * Algunos lo toman con el significado de el patio de reunión o pórtico de Dios; porque él, Nimrod, al igual
que su prototipo (el hombre de pecado, el hijo de perdición), procuraría por
todos los medios también exaltarse a sí mismo (2ª Ts. 2:4).
*Proveniente de (babah) un pórtico, y (…) (El) Dios; en contraste con Bethel,
la casa de Dios.
Otros
derivan la palabra de Belus, el nombre
del ídolo principal de los babilonios. Algunas veces escrito Bel (…). Si es
así, Babel significaría: para Bel o de Bel.
En
cualquiera de los casos tenemos que regresar hasta la fuente original, y se nos
muestra el origen y manantial de toda la
idolatría. A Nimrod se le denomina como un valiente (grande) cazador.* El
Targum de Jonatán (un antiguo comentador judío) interpreta esto como grande en rebelión ante Dios. El Targum
de Jerusalem lo interpreta como grande en
pecado esperando al acecho para capturar y cautivar a los hombres; haciendo
que abandonen la adoración al verdadero Dios, como se enseña por Sem, para
abrazar la adoración que se enseña por Nimrod. Por eso, su nombre pasa a ser un
proverbio para cualquier gran rebelde o apostata. (Lea Génesis 10:9).
*Proveniente de (tzud)
permanecer al acecho.
Se
hace igualmente imposible interpretar las palabras de Roma: y decir que esta
mujer hizo “a los habitantes de la tierra beber del vino de su fornicación”, es
decir, haciendo que la totalidad de la humanidad participase de su sistema de
idolatría. Ni de la Roma papal ni de la pagana puede esto decirse. Ambas
bebieron de su copa, sí; pero sería pervertir toda la historia conocida, decir
que alguna de estas fuese el tutor de todas las naciones; y un insulto para el
sentido común aplicarlas así en sus tratos con “los habitantes de la tierra”
porque Roma hace 3000 años atrás era solo un sueño”. Como el Dr. Seiis bien expuso,
este vino (el de la gran Ramera) “ya estaba embotellado y etiquetado antes de
la primera dispersión” [Gn.11]. Se introdujo a través de esa dispersión en el
interior de todos los países y naciones debajo del cielo. De hecho, hoy en día
la encontramos diseminada entre todas las naciones de la tierra; afectando, por
no decir controlando los pensamientos de los hombres, sus políticas, su fe, y
su adoración. Nada menos que dos tercios de la población de la tierra en este
tiempo son idólatras paganos, siendo llevados bajo la misma intoxicación que
provino de Nimrod y de Babilonia; mientras que la gran mayoría del tercio
restante son mahometanos, católicos, judíos, infieles, o adherentes de alguna
fe y adoración podrida y anticristiana. Ni tan siquiera existe un Reino o
gobierno en la faz de la tierra en nuestro tiempo que no abrace y muestre más
del espíritu de Nimrod, que del espíritu, mandamiento y un concepto arraigado
de Dios. Todos los reyes de la tierra, y todos los gobiernos bajo el cielo, han
participado en mayor o menor grado de la impureza de la misma vieja Ramera de
Babilonia, la cual ha manchado todo lugar y paraje del mundo habitado, no es de
admirar que Dios estampase Su sello de ira sobre ella desde el principio. Las
prostituciones judías, y las prostituciones papales, y las prostituciones mahometanas,
y las prostituciones de todas las pervertidas religiones cristianas, aunque no
se hayan apartado enteramente de la confesión del Dios único, son, aun así, en
su esencia, la misma vieja prostitución que se formó y tuvo lugar a orillas del
Éufrates. Es la misma vieja Babilonia, y sus prostitutas hijas, gobernando o
reinando sobre los dominios de la tierra, e intoxicando a los habitantes con el
vino de su fornicación.” *
* Del libro del
Dr. Seiss Lecturas en El Apocalypse,
vol. 3 pp. 121-2.
De
hecho es muy sorprendente que se haya podido cometer cualquier error en la
identificación de esta mujer. Porque el Espíritu Santo nos enseñó primeramente
su nombre sobre su frente. Después, en el versículo 18, nos dijo tan claramente
cómo las palabras pueden expresarlo, que “la mujer vista así es la gran ciudad,
que reina sobre los reinos de la tierra”; y el capítulo 16:19, así como el
17:5, identifican esta ciudad con Babilonia. Dios dice que
es una “ciudad”. Él no emplea diciendo un
sistema o una religión, sino una
“CIUDAD”.
Ahora
bien, cuando la Visión es una “Mujer”; y Dios nos dice qué significa por la
mujer “aquella gran ciudad”, ¿sería
legítimo que tratásemos o tomásemos esto después como
otro símbolo más, y decir que no es
la ciudad que dice Él ser, sino otra cosa distinta?
No
llegaremos a parte alguna si procedemos así. Podremos entonces decir que Roma
significa Londres, y que Londres significa otro lugar cualquiera. ¿Por qué no
contentarse con la explicación que Dios Mismo le da? En vez de tomar la solemne
responsabilidad de decir que Su explicación no es explicación alguna; y que
significa algo diferente. No estamos diciendo que no haya símbolos: No estamos
diciendo que a Jerusalén no se le llame Sodoma por ejemplo. Así es llamada, sí,
pero Dios no nos deja con dudas con respecto a lo que dice y a lo que
significa. Eso es una cosa: pero es otra totalmente diferente que tratemos la
propia interpretación de Dios para un símbolo, como si fuera meramente otro símbolo más que se nos dejase a
nuestro juicio, para que nosotros lo interpretemos.
No
es que queramos minimizar de ningún modo las terribles abominaciones del Romanismo.
Nadie podría aborrecerlas más que nosotros. En el Romanismo vemos una de las
más obscenas de todas las corrientes que se han derivado de esta Babilonia;
pero lo que pretendemos es ir más allá de lo que diga un mero “Consejo Local,”
cuando estamos tratando con el relato que Dios nos da Él Mismo, sobre cómo va a
acabar Su gran controversia y trato con los judíos y gentiles, y con la tierra y
el Infierno. Nuestra cuidadosa observación debe extenderse más allá del Tiber.
Tenemos que ver más allá en el tiempo que el Protestantismo y Romanismo. Estos dos
sistemas no componen la totalidad de la historia del Universo, ni en tiempo ni
en extensión.
Hay
otras muchas cosas absurdas asociadas con las interpretaciones actuales, que
haremos notar a medida que avancemos en este capítulo, y consideremos la Divina
interpretación ofrecida allí de la
Visión en su totalidad. Hay un punto, sin embargo, a ser aquí referido, y ese
punto es “el cáliz” (de la Ramera). Es “dorado” y por tanto, hermoso y
atractivo en su apariencia. El cáliz es uno.
Eso nos dice que las corrientes corruptas que fluyen de esta fuente
original son todas una en su esencia, y carácter, y efecto. Es la religión
instituida originalmente en Babilonia, por Nimrod, debido a la instigación de Satanás
(Vea el Apéndice).
Se
refleja en todas las grandes religiones del mundo. Todas son iguales y
sustituyen a otro Dios por el Dios de la Biblia: un Dios, que puede tanto ser
hecho con las manos como con la imaginación; pero hecho igualmente. Y una religión consistente de méritos humanos.
Estas cosas son comunes a todos los sistemas de falsa Religión, y las reúne a
todas en una. Es cierto, algunos de
los afluentes de esta fuente corrupta son grandes y majestuosos; otros son
pequeños riachuelos, pero sus aguas son una,
y la copa es única. Aquellos que
aseguran que este “cáliz” significa la copa empleada en la Misa, nos proporcionan un buen ejemplo del nulo valor que tiene
este tipo de interpretaciones. Lo único que tenemos que recordar concerniente a
este “cáliz”, aquí, es que a todas las naciones se les ha hecho beber de ella; ¡mientras que la característica
especial del “cáliz” del Romanismo en la Misa es que se impide de beber a las personas!
6.
Y vi a la mujer (es decir, la gran
ciudad, vers. 18) ebria de la sangre de
los santos, y de la sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé
asombrado con gran asombro.]
Aquí
debemos una vez más expresar la Visión en los términos de la Divina Interpretación.
6.
Y yo vi aquella gran ciudad que gobierna sobre los reyes de la tierra (vers.18)
ebria con la sangre de los santos, y con
la sangre de los Mártires de Jesús: Y cuando vi la ciudad, quedé asombrado con gran asombro.
Aquí
tenemos otra referencia a los martirios que tendrán lugar durante el tiempo
cubierto por el Apocalipsis.
Son referidos
también en el cap. 13:17. Daniel 7:21; 11:7; 12:1, 7.
Los
Salmos, también, conectan estos martirios con los futuros “tiempos de tribulación
y de angustia” bajo el dominio de la Bestia:
"Oh Dios, no guardes silencio.
No calles, oh Dios, ni estés quieto.
Porque he aquí que rugen tus enemigos.
Y los que te aborrecen alzan cabeza.
Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente,
Y han entrado en consejo contra tus protegidos.
Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación.
y no haya más memoria del nombre de Israel.
Porque se confabulan de corazón a una.
Contra Ti han hecho alianza. (Salmos: 83: 1-5, RV.)
No calles, oh Dios, ni estés quieto.
Porque he aquí que rugen tus enemigos.
Y los que te aborrecen alzan cabeza.
Contra tu pueblo han consultado astuta y secretamente,
Y han entrado en consejo contra tus protegidos.
Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación.
y no haya más memoria del nombre de Israel.
Porque se confabulan de corazón a una.
Contra Ti han hecho alianza. (Salmos: 83: 1-5, RV.)
El
Salmo continúa hablando de una confederación de diez reinos similar con aquella
que tenemos en Ap. 17.
El Salmo 79
también habla de ese mismo periodo.
“Oh Dios, vinieron las naciones a tu heredad;
Han profanado tu santo templo;
Redujeron a Jerusalén a
escombros.
Dieron los cuerpos de tus
siervos por comida
a las aves de los cielos,
La carne de tus santos a las
bestias de la tierra.
Derramaron su sangre como agua
en los alrededores de Jerusalén,
Y no hubo quien los
enterrase.” (Versículos 1-3)
Esos
muchos mártires - en gran cantidad - han
sido asesinados a manos de la Iglesia de Roma, por no decir en la ciudad misma
de Roma, nadie puede negarlo.
Pero
estos no son “TODOS los que han sido asesinados sobre la tierra” como mártires.
Son millares los mártires por Dios y Su verdad que han sido asesinados,
centenas de años antes de que Roma siquiera tuviera un Papa. Los “profetas” del
Antiguo Testamento fueron muertos, y muchos de ellos habían sido asesinados
como mártires siglos antes de que Roma existiese, tanto sea la Papal como la
Pagana.
A
Roma, cualquiera que pueda ser su culpa en esta materia, no puede imputarse con
“todos” los martirios de todas las edades. Toda persecución debe ser imputada a
la falsa religión. La falsa religión ha poseído siempre un espíritu de
persecución desde el día en que Caín asesinó a su hermano Abel; y Roma, siendo
como es uno de los más largos afluentes proveniente de esa fuente original de
corrupción que es Babilonia, posee una gran cuota y parte de asesinatos, por lo
cual es muy culpable, y compartirá en el juicio cuando “las ciudades de las
naciones sean abatidas.” Pero no todos los mártires han sido asesinados
todavía. Muchos pasajes en este libro nos muestran que en los días venideros de
la Gran Tribulación se colmará la medida de sangre a manos de la culpable
Babilonia. (Vea cap. 6:9 a 11; 11:7, 8; 12:13, 17; 13:7; 18:24; 20:4). Este
mismo futuro periodo de martirios se profetiza o refiere en los Salmos. (Vea
Salmos 9; 10; 79:2, 3; 44:22; 94:5. Y así mismo en Daniel 7:21, 25; 8:27;
11:33, 35). Todos estos pasajes deberían ser cuidadosamente leídos y
observados. Si estos pasajes del Antiguo Testamento no hablasen de este mismo
periodo referido en el Apocalipsis, entonces, ¿a qué otro periodo podrían
referirse? Cuando se leen juntos forman una armoniosa unidad; sin embargo, si
no se dividen correctamente de acuerdo a sus respectivas dispensaciones, todo
será, y no podrá dejar de ser, sino una confusión.
Ahora
llegamos a la Interpretación de esta Visión (vista por Juan en 17:1-6), la cual
se nos da por inspiración Divina.
Hemos visto la estructura de ambas, tanto la Visión como la Interpretación.
Una vez que la posterior es muy corta, podremos repetirla aquí.
Z | D | 7-. La Mujer.
E | -7. La Bestia.
E | 8-17. La Bestia.
D | 18. La Mujer.
E | -7. La Bestia.
E | 8-17. La Bestia.
D | 18. La Mujer.
Ante
las palabras de gracia del Ángel Intérprete nos detenemos. “Yo te diré el
misterio de la mujer y de la Bestia” (vers. 7). Siendo así, esto nos
independiza y liberta de intérpretes humanos, porque Dios ha enviado y le ha dado
significado a través de Su especial mensajero angélico. De hecho, somos, aquí,
verdaderamente llevados al mismo nivel que el mismo apóstol Juan. El ángel intérprete
no le dio a él más explicaciones que estas. Por tanto, nosotros, leyendo sus
palabras, tenemos exactamente lo que el propio Juan vio: ni más ni menos. ¡Oh
que gran gracia y sabiduría hay en entender sus palabras!
7.
Y el ángel me dijo: ¿Por qué te asombras?
Yo te diré el misterio (el significado de la señal secreta) de la mujer, y de la bestia que la trae,
la cual tiene las siete cabezas y los diez cuernos] Tenemos la promesa, como hemos visto por la
estructura (vers.7); y en el resto del capítulo (verss. 8 a 18) tenemos el cumplimiento de la promesa. La mujer y
la Bestia se mencionan primero brevemente; y después se da la explicación
completa, siendo el orden invertido. Primero se explica la Bestia, y después la Mujer.
Diez versículos (8 a 17) se dan a la primera, y solamente uno (vers. 18) a la posterior; así que
es la Bestia ahora, evidentemente, la más importante de los dos sujetos.
Tenemos
que expandir el elemento consistente de esta más larga estructura concerniente
a “la Bestia,” señalada E. en la
siguiente estructura.
E. 17: 8-17. La
Bestia.
E
| F1 | k1
| 17: 8. La Bestia (Su origen e historia).
l1 | 9, 10. Sus confederados (las siete cabezas o reyes).
F2 | k2 | 11. La Bestia (historia posterior).
l2 | 12. Sus confederados (los diez cuernos; su hora “con la Bestia”).
F3 | k3 | 13. La Bestia (el poder de los cuernos que se le dio).
l3 | 14-17. Sus confederados (su Guerra “con el Cordero”).
l1 | 9, 10. Sus confederados (las siete cabezas o reyes).
F2 | k2 | 11. La Bestia (historia posterior).
l2 | 12. Sus confederados (los diez cuernos; su hora “con la Bestia”).
F3 | k3 | 13. La Bestia (el poder de los cuernos que se le dio).
l3 | 14-17. Sus confederados (su Guerra “con el Cordero”).
Por
esta Estructura se podrá ver que la Interpretación de la Visión concerniente a
la Bestia (E. 17:8 a 17) consiste de
tres parejas, alternando la Bestia con sus Confederados:
F1 (8-10) dan la primera pareja.
F2 (11, 12) dan la Segunda pareja.
F3 (13-17) dan la tercera pareja.
F2 (11, 12) dan la Segunda pareja.
F3 (13-17) dan la tercera pareja.
Para
poder entender las palabras de la Interpretación que aquí se da, será bueno si
podemos olvidar todo lo que hayamos antes oído proveniente del hombre sobre
este tema. Nos hallamos acorralados a cada paso que damos debido a lo que hemos
aprendido de la tradición. Hasta que no nos veamos libres de las
interpretaciones tradicionales no vamos a tener esperanza de venir a comprender
la interpretación que se nos ofrece en estos versículos.
La
Estructura nos muestra que “la Bestia”
y sus confederados son los dos temas
o sujetos con los cuales tenemos que tratar. Se organiza en la forma de una alternancia repetida; y se dan en tres
parejas.
Si
tenemos esto en cuenta seremos capaces de distinguirlos a medida que avancemos:
F1. 17:
8-10. La Primera pareja.
8. La Bestia que has visto, era, y no es; y
está para subir del abismo e ir a perdición; y los moradores de la tierra,
aquellos cuyo nombre no están escritos desde la fundación del mundo en el libro
de la vida, se asombrarán viendo a la bestia que era y no es, y se presentará.
***] Estas tres notas en cuanto al tiempo (dadas dos veces en este versículo),
nos señala, tan claro como es posible, los puntos más importantes necesarios
para la interpretación.
* L.T.Tr.A. WH. y
RV. leen el número singular aquí.
La
Bestia es quien “tenía las siete cabezas y los diez cuernos” (vers.7). La
palabra “tenía” se refiere tanto a los diez cuernos como a las siete cabezas
por igual. Las siete son
por tanto contemporáneas con los diez.
En
su estado de seres mortales, los
siete reyes fueron sucesivos. Pero ese estado mortal referido en Daniel,
no es el de Apocalipsis.
En
el cap. 13, la Bestia sale del Abismo, y es por tanto, claramente, sobrehumano. Durante la primera mitad de
la semana se halla en su estado mortal. En la última mitad se halla en su
estado sobrenatural; porque en el
cap. 13:3, se le ve habiendo sido “herido de muerte”. Sin embargo aquí, en el
cap. 17, se nos hace volver atrás, y se nos dan más información en cuanto al
pasado, presente y futuro de la Bestia.
(1)
Él “ESTABA, o ERA”
en su estado mortal.
(2)
Él “NO ESTÁ, o ES,” porque (al momento del tiempo al cual la visión es referida)
ya había sido asesinado: esto es, había “recibido su herida mortal,” por la
cual se hallaba “herido de muerte,” y murió (13:3).
(3) Él “SE PRESENTARÁ”, porque está a punto de
ascender salido del Abismo”.
Estos
ocho versículos por tanto se refieren a la mitad del curso de la Bestia; y el
punto de la visión es el momento entre
el estado mortal y el sobrehumano: es decir, entre los capítulos 12 y
13.
En
el noveno versículo se habla del previo estado mortal de las siete cabezas. En ese estado fueron sucesivos; pero
en su estado sobrehumano serán
contemporáneos.
Ya
hemos visto que las siete cabezas o reyes son individuos; y que la Bestia
misma, cuando revive de los muertos, sería “el octavo” rey. Nosotros creemos
que toda la confusión, y todas las divergentes opiniones sobre este capítulo
surgen por ignorar este hecho tan simple, y por tomar estos como reinos en vez
de “reyes”; y como poderes mundanos en vez de individuos.
Además,
se han introducido confusiones posteriores por tomar las palabras del ángel
Intérprete (en el vers. 10) como referidas al tiempo de su conversación con
Juan; en vez de, como en todos los demás casos, como referidas al tiempo o
periodo en el cumplimiento de la visión. En otras palabras, las expresiones
“era, y no es” (verss. 8 y 11), y “uno es y el otro aún no ha venido” (vers.
10), se han tomado como referidas al momento cuando el ángel se hallaba
actualmente hablando con Juan.
¿Pero,
por qué no tomarlo, como en los demás casos, como refiriéndose al tiempo cuando
la visión se cumpla?
Las
palabras de las almas bajo el altar (cap. 6:9 a 11) se toman respecto al tiempo
cuando el quinto sello sea abierto. El clamor a las peñas y cuevas diciendo
“Caed sobre nosotros” van a ser pronunciadas bajo el sexto sello. El propio
ángel declara (vers.1) que la visión es el juicio futuro de la gran ciudad.
Cuando se usa así el tiempo presente en el lenguaje profético se refiere al tiempo futuro del cual se habla
como si fuese presente, y no al tiempo cuando la profecía estaba escribiéndose
o hablándose.
Hemos
visto, desde el principio al fin, que todo este libro se refiere “al Día del
Señor”. Es en ese día que la Bestia será manifiesta en su forma sobrehumana con
sus siete cabezas y diez reyes. En el futuro punto de tiempo del que se habla
en el versículo 10, cinco de estos
reyes, en su estado mortal “habrán sido abatidos” (esto es, habrán sido
quitados del medio a través de muerte violenta*); uno de los reyes (el sexto) se hallará reinando; y el séptimo al tiempo de esta unión no habrá
todavía llegado. Cuando aparezca (elthe) derribará
primeramente los tres últimos de los siete (Daniel 7:8); pero solo permanecerá
durante la primera mitad, más o menos, de los siete años en su estado mortal (17:10); por ese entonces
recibirá una herida mortal (por asesinato probablemente), 13:3, y
posteriormente le será devuelta la vida a través del poder Satánico, con su
herida mortal sanada, y pasa a ser el “octavo” rey. En su estado mortal es la séptima
cabeza; pero en su estado sobrehumano es
el octavo rey.
*
La palabra, en el caso de individuos, siempre se emplea de muerte violenta. Vea
Jueces 3:25; 5:27. 2ª Samuel 1:19, 25. La violencia también es verdad de los
reinos. Isaías 21:9. Jeremías 1:15; 51:8. Ezequiel 29:5; 30:6.
Así
que todo es intensamente individual. Quiénes serán los cinco reyes, en sus estados mortales;
o quién sea el sexto, nosotros no lo
sabemos; ni tampoco es necesario para que comprendamos la Visión. Quién será el
séptimo, sí que lo sabemos; porque es
la Bestia en su estado mortal, “el cuerno pequeño” de la Visión de Daniel. Él será
en su estado sobrehumano, “el octavo rey
- La incorporación final del poder
Satánico, cuyos hechos se describen en el cap. 13.
Los
diez reyes de los versículos 12 - 17 no son sucesivos en su estado mortal;
serán contemporáneos cuando formen parte integrante de la Bestia. Las siete
cabezas y los diez cuernos, junto con los miembros necesarios que componen el
leopardo, el oso, y el león partes de la bestia en una corporación organizada,
como se muestra en el cap. 13:2, son todas sobrehumanas, todas contemporáneas,
todas han pasado por el estado mortal, y todas han sufrido la primera muerte,
es por eso que, posteriormente, son todas juntamente “arrojadas vivas en el
lago de fuego”, el cual es, la segunda muerte (vea 19:20),
Es
bueno recordar que “el tiempo del fin” (Daniel 7) se toma en toda la extensión del
Dominio Gentil. “El final del tiempo” (Daniel 8:23) es el periodo final de este
“tiempo del fin”; la Sunteleia o
Consumación. Mientras que “los últimos días” (11:21) es el Telos, la crisis de “el fin del tiempo”.
La
Sunteleia o “Tiempo-final”,
comenzando inmediatamente a seguir al rapto de la Iglesia de Dios, debe tener
un curso de duración entre treinta o cuarenta años; y de estos, la última
“semana” de Daniel (9:27) deben ser los siete
últimos.
Esto
permite que tomemos todos los periodos proféticos señalados en 42 meses, 1260
días, y 3 años y ½ como siendo meses, días y años literales, si los entendemos como
estando dentro de esos siete años que forman la crisis, y que acaban o llegan a
su fin con el juicio final.
Si
el periodo referido bajo la palabra “hora” (una y la misma hora, o tiempo) de
17:12 y de 3:10 es el mismo que los 42 meses, entonces este “día de venganza”
de Isaías 61:2 deben ser estos 42 meses.
Los
términos reyes y reinos se usan intercambiados en Daniel. Acerca de los reinos
de Daniel 2:37, 39, 40, 42, se habla de ellos como “estos reyes” en el
versículo 44, y así sucesivamente.
Pero
cuando los observemos debemos notar cuatro muy grandes e importantes principios
gobernantes los cuales serán una guía segura en nuestra comprensión de este
asunto. Son los siguientes:
(1) Israel y el Mesías de Israel:
en otras palabras, el Ungido de Dios, el Territorio de Dios, la Ciudad de
Dios, el Pueblo de Dios, forman el gran centro en vuelta del cual circula toda
la profecía.
(2)
Jerusalén es también el centro del punto del compás. El Este y el Oeste, el
Norte y Sur, deben ser reconocidos desde Jerusalén, que es el punto de vista
del escritor: y no del lector; o por otra cualquier arbitraria posición
astronómica o geográfica.
(3)
Las “Cabezas” denotan primacía o dominio sobre el Pueblo, la Ciudad, y el
Territorio de Israel.
(4)
Los poderes del mundo o reinos de la profecía se reconocen solamente cuando
llegan a tener su conexión con, o en posesión de, el Territorio y la Ciudad de
Israel
En
estas cuatro simples proposiciones hallaremos la llave para la comprensión de
la Visión y su interpretación.
Las
naciones fueron originalmente formadas con referencia a Israel; por eso se nos
dice expresamente, en la maravillosa “Canción de Moisés”, que “cuando el Dios
Altísimo (el título que se relaciona con Su dominio en la Tierra) dividió a las
naciones en su herencia, cuando separó a los hijos de Adán, estableció los
límites de los pueblos según el número de los hijos de Israel” (Deuteronomio
32:8). Las naciones no fueron divididas al acaso; como tampoco lo fueron las
estrellas del cielo; por eso en Deuteronomio 4:19 dice “Jehová Dios los ha
concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos”.
Son
muchas las naciones mencionadas en la Biblia: pero solo aquellas que son el
sujeto de la Divina historia y profecía que tengan relación a Israel; y aun estas,
solo en proporción directa con la proximidad y extensión de esa relación. Por
ejemplo, los monumentos nos muestran el largo número de Dinastías y Reyes, etc.
que hubo en Egipto. Pero solo aparecen en la Palabra de Dios los que tienen que
ver con Israel. Muchos se han quedado, y todavía están, perplejos debido a este
bíblico silencio de los reinos antiguos de Egipto y Asiria, etc.; pero este
gran principio explica bien por qué sucede así. Los Faraones de la Opresión y
del Éxodo no hubiesen sido más que meros nombres, si no hubiese sucedido su
conexión con Moisés e Israel. “Faraón, rey de Egipto, es destruido” (Jeremías
46:17) - un viento que se escucha por un
momento y después desaparece. Así hubiesen sido los Faraones (Ramses II, y
Meneptah) si no fuera por Moisés e Israel.
Hubo
muchos reyes de Egipto anteriores al Faraón; y muchos reyes de Babilonia a
través de los siglos; pero solo se mencionan cuando llegan a tener algún
contacto con Israel. La Biblia los ignora a todos con excepción de este
fundamento. Eso es por lo que se pudo decir a Nabucodonosor, “TUYAS son las
coronas de oro” (Daniel 2:38). Esto se dijo de él solamente en conexión con los
Consejos de Dios, y del Pueblo de Dios; porque Nabucodonosor no fue la cabeza o
primer rey de Babilonia. Es de Nimrod
que está escrito, “el principio de su reinado fue Babel” (Génesis 10:10).
Nimrod fue, histórica y cronológicamente, el primer rey de Babilonia, y hay una larga lista de reyes de Babilonia
desde ese tiempo antes de que Nabucodonosor poseyese su trono, de los cuales la
Biblia no se interesa.
¿Y
por qué, entonces, después de todo ese lapso de tiempo, se nombra y señala
definitivamente a Nabucodonosor como la “cabeza”? Solamente puede ser
considerado así por el gran principio que procuramos establecer, esto es, que
la historia de los gentiles se ignora en la Biblia, tanto para los reyes como
los reinos, a excepción de cuando hagan parte en los Divinos Consejos concernientes
a Israel, y pasan a ser “cabezas” sobre el Territorio de Dios, y Ciudad, y
Pueblo.
Siendo
así, nosotros tenemos un límite establecido para nuestra interpretación de los
grandes Reinos y Cabezas en las profecías dadas en Daniel y en el Apocalipsis.
Solamente dentro de estos límites se conectan con ellos estas profecías.
Nabucodonosor
y su padre llegaron al poder, e hicieron de Babilonia la nueva capital de
Asiria en 625 A. C. * Teniendo esto en cuenta, y porque él fue la primera de
las fuerzas gentiles en cuyas manos le fueron depositados el dominio y señorío
sobre el Territorio de Dios y la Ciudad y Su Pueblo, se pudo decir de él, “Tú
eres aquella cabeza de oro” (Daniel 2:38). No hay una sola palabra aquí acerca
de cuándo llegó a ser la “cabeza”; pero el hecho se declara en cuanto a esta
persona que él, como cabeza de Babilonia, era también la cabeza de la Imagen,
y, por tanto, la cabeza de la supremacía gentil.
*Vea
Vida e Historia de Babilonia, por el
Dr. Budge, del Museo Británico. Publicado por
el R.T.S., 1885. See Babylonian Life and History, by Dr. Budge, of the
British Museum. Published by the R.T.S., 1885.
La
historia más temprana o inicial de Babilonia no se toma en cuenta. Un nuevo
comienzo se hace teniendo en cuenta cuando, en los Consejos de Dios,
Nabucodonosor llega a ser el rey de Babilonia.
Dios
le notifica el hecho en aquel maravilloso sueño, donde se da conocer en gran
pormenor este dominio gentil sobre el Pueblo de Israel, Ciudad, y Territorio.
La
Imagen en Daniel 2 está claramente indicado que consiste de cinco partes:
1. versículo 32 “La cabeza de esta imagen era de
oro fino, (una)
2. Versículo 32. Su pecho y sus brazos de plata, (dos)
3. Versículo 32. Su vientre y sus muslos de bronce, (tres)
4.Versículo 33. Sus piernas de hierro (cuatro)
5.Versículo 33. Sus pies en parte de hierro y en parte de barro” (cinco).
2. Versículo 32. Su pecho y sus brazos de plata, (dos)
3. Versículo 32. Su vientre y sus muslos de bronce, (tres)
4.Versículo 33. Sus piernas de hierro (cuatro)
5.Versículo 33. Sus pies en parte de hierro y en parte de barro” (cinco).
Esto
parece estar suficientemente claro; solo que estamos siempre tan acostumbrados
a escuchar hablar del quinto como si
hiciese parte del cuarto, o el cuarto
revivido, que leemos la Escritura a la luz de nuestra tradición.
No
es respuesta alguna decir que Daniel 2 menciona solamente cuatro Poderes gentiles. Daniel 2 no dice nada de eso. Se
menciona “el cuarto”. Eso no son “cuatro”. El Original no es (…) arbag (cuatro*); sino que es (…) rebegahe (cuarto**). Es muy importante
que notemos la diferencia entre el número ordinal
y el número cardinal. No hay parte alguna
donde diga que ellos fuesen solo cuatro.
Todo lo contrario, los cinco se
enumeran distintamente dos veces como siendo perfectamente separados e
independientes. En los versículos 35 y 45 tenemos dos separadas enumeraciones
de estos cinco:
Versículo 35
|
Versículo 45
|
1. el hierro,
|
1. el hierro,
|
2. el barro cocido
|
2. el bronce,
|
3. el bronce,
|
3. el barro,
|
4. la plata, y
|
4. la plata, y,
|
5. el oro.
|
5. el oro.
|
*
Tal como en Daniel 1:17; 8:8, 22; 10:4; 11:4.
**
Tal como en Daniel 3:25; 7:7, 19, 23. Estas son todas las veces que aparecen
ambas palabras en el libro de Daniel.
Aquí,
los cinco no solamente se mencionan
separadamente, en cuanto a su material; sino también de forma diversa, en
cuanto a su orden; para que se distinga así “el barro” como siendo uno de los
cinco, y no como parte del de hierro (el “cuarto”) como se hace usualmente.
Los mismos cinco reinos están igualmente claros en
la interpretación:
1.vers.38 “Tu eres aquella cabeza de oro” (una) verse 38.
2. Vers.39 “Y después de ti se levantará otro reino…” (dos).
3. Vers. 39 “y luego un tercer reino…(tres).
4. Vers. 40. “y el cuarto reino…” (cuatro).
5. Vers. 41. “Y lo que viste de los pies y los dedos…” (cinco).
2. Vers.39 “Y después de ti se levantará otro reino…” (dos).
3. Vers. 39 “y luego un tercer reino…(tres).
4. Vers. 40. “y el cuarto reino…” (cuatro).
5. Vers. 41. “Y lo que viste de los pies y los dedos…” (cinco).
No
precisamos alargarnos en los detalles de la descripción de esta Imagen. Son bien
conocidos, y pertenecen tanto al libro de Daniel como al Apocalipsis. Nos contentaremos con su enumeración:
1.
El primero de estos Dominios gentiles fue dado por el Dios del Cielo a
Nabucodonosor. Fue formalmente tomado de Israel y “ofrecido” a los gentiles. El dominio sobre Jerusalén (así como
sobre el poderío gentil) fue lo que marcó especialmente aquel Poderío gentil de
todos los demás Poderíos gentiles que había, o podía haber, en el mundo en ese
tiempo.
Los
Poderíos que siguieron al de Babilonia sucesivamente mantuvieron a Jerusalén
bajo su posesión; y cada uno sucediendo al otro, por conquista, en la obtención
y sujeción de dicha posesión.
2. El Segundo fue el Medo Persa
3. El tercero fue Grecia.
4. El cuarto fue Roma.
5.
El quinto fue, o bien el poderío presente, que sucedió a Roma en 636-7, y está
todavía dominando a Jerusalén, cumpliendo así la profecía del Señor en Lucas
21:24; o entonces es todavía un poderío futuro, que esté para manifestarse en
la Sunteleia después de que la
Iglesia haya sido quitada de la tierra: en ese caso la profecía del Señor en
Lucas 21:24 se referiría a algún futuro “Hollar” como el que se menciona en Ap.
11:1, 2.
La
interpretación común toma los “pies y los dedos” como parte de las “piernas”, y
divide el cuarto poder en dos manifestaciones: una pasada, y la otra futura.
Pero, mismo en este caso, la futura manifestación del cuarto todavía podría ser
denominada el quinto en cuanto a su orden numérico.
Está
claro, la mezcla de “barro y hierro” no podemos dejarla fuera de nuestro
cálculo como no podemos dejar los otros cuatro metales.
¿Pero
qué es lo que parece ser este quinto poder? Es en parte fuerte y en parte
frágil*; es decir, en el cohabitan “la fuerza del hierro”, y la “fragilidad del
barro cocido”. No puede existir una verdadera unión entre estas dos
características de este quinto reino. Podrá ser meramente una mezcla mecánica
como la del hierro y del vaso de barro; porque, verdaderamente se ha dicho que,
“el hierro no se mezclar con el barro” (Daniel 2: 43).
*
Este es el significado de la palabra Caldea (…) (tevar). La palabra no aparece en ninguna otra parte, aunque
existen otras cerca de sesenta palabras que se traducen quiebra.
Por
un lado tenemos un quinto poder que
actualmente sucede al cuarto poderío, así como el cuarto sucedió al tercero, el tercero
sucedió al segundo, y el segundo sucedió
al primero.
Ninguno
de estos, por lo menos que nosotros sepamos, ejercitó nunca el dominio universal que le fue otorgado al primero;
pero lo que marcó la verdadera sucesión fue el Dominio sobre el Territorio de Dios y la Ciudad de Dios, al mismo
tiempo que Israel era excluido del lugar y poderío que le había sido
transferido, y se encargaba a los gentiles.
Cuando
el Señor (en Lucas 21:24) pronunció aquella profecía del hollar de Jerusalén a
través de los gentiles (no “las naciones”), el cuarto poderío gentil estaba ejercitando dominio sobre el
Territorio. ¿A qué hollar se refería?
¿Se refirió al poderío que sucedió actualmente al cuarto en 636-7? ¿O se refería a un hollar que es
todavía futuro? E ¿ignora y pasa por alto el presente hollar, el cual deja para al final,
entre tanto que todos los otros cuatro se pongan juntos?
Cualquiera
que sea la respuesta que podamos darle a estas preguntas, todos debemos
concordar que después de que la Iglesia haya sido raptada; y se hayan dado los
pasos para reinstalar a Israel en su propio Territorio, debe haber necesariamente algún poderío gentil en posesión.
El
comienzo de la Sunteleia debe hallar ejercitando la soberanía sobre la
Ciudad y el Territorio algún tipo de poderío gentil; y no podemos negar que el
poderío presente actual en posesión tal
vez sea el poderío que allí se halle cuando Israel vuelva a estar en
conexión nuevamente con el Territorio.
Se
deben dar, por supuesto, rápidos y repentinos cambios algún día en el Oriente
Próximo. Pero sea lo que sea que suceda, el poder que entonces esté en posesión
será el quinto, referido en Daniel 2,
y en las palabras del ángel, pronunciadas en el punto particular del Día del
Señor referido en Ap. 17:10, que será verdad tanto del poderío gentil así como
de las “cabezas” individuales, o reyes, que deben surgir en el nuevo Estado
Judío, después de su reinserción; e inmediatamente antes del pacto que el
Anticristo hará con Israel al principio del Telos,
o la setentava semana de Daniel 9.
El
Movimiento Sionista comenzó con el primer Congreso Nacional en 1896, y ha hecho
grandes avances desde entonces. Otras mudanzas en los Estados Balcanes, y en la
Constitución de Turquía, que han tenido lugar tan inesperadamente en 1908, nos
muestra cuán repentinamente puede un cambio suceder que lleve al re-asentamiento
de los judíos en su propio territorio, al principio, bajo la gobernación del
Sultán; y prepare el camino para el surgimiento de la Bestia, primero, en su
estado mortal como la séptima cabeza, y después en su estado sobrehumano como el octavo rey.
El
sueño no le fue dado a Nabucodonosor sino hasta después de que su parte en el
propio sueño se hubiese cumplido. Las palabras, “Tú eres aquella cabeza de oro”,
no fueron pronunciadas sino hasta algunos años después de que él ya hubiese
sido hecho la “cabeza”, cuando primero vino contra Jerusalén.
Está
claro, por tanto, que la fecha del sueño y su interpretación no es la fecha en
la cual reconocemos el comienzo de los tiempos de los dominios gentiles; porque
ya anteriormente habían tenido inicio, y aquel dominio ya era un hecho
consumado al tiempo que se dio el sueño.
También
está claro que la fecha de la toma de Jerusalén y el incendio del Templo
tampoco es el comienzo de “el tiempo de los gentiles,” o del dominio gentil;
sobre todo al tener en cuenta que Nabucodonosor sitió a Jerusalén en el año
diecinueve de su reinado, y que ya ejercitaba un poderío de Sultán desde hacía
muchos años antes. Porque primeramente había venido contra Jerusalén en el
octavo año de Joacim, y Joacim le sirvió durante tres años (2ª Reyes 24:1).
Después su hijo Joaquín reinó tres meses –contado un año (2ª Reyes 24:8),
cuando Nabucodonosor vino contra Jerusalén, y le envío como prisionero a
Babilonia en el octavo año del reinado de Nabucodonosor (2ª Reyes 24:12).
Después,
Nabucodonosor levantó a Sedequías como rey en lugar de Joaquín (su tío), y
reinó en Jerusalén durante once años (2ª Reyes 25:2); pero habiéndose este
rebelado y procurando obtener nuevamente su independencia (2ª Reyes 24:20),
Nabucodonosor vino una vez más contra Jerusalén, y la tomó finalmente en el año
diecinueve de su reinado (correspondiendo con el año once de Sedequías, 2ª
Reyes 25:8). No fue sino al año veintitrés de su reinado que Nabucodonosor
completó el traslado del pueblo (Jeremías 52:30). Ahora bien, si el Espíritu
Santo calcula los actos de Nabucodonosor, no por la fecha del año, sino por el año de su reinado, entonces tenemos
una clara indicación de que tenemos que considerar los años de la misma manera,
y decir que “los tiempos de los gentiles”
comenzaron el primer año del
reinado de aquel de quien más tarde se diría, “Tú eres aquella cabeza de oro”.
Si
esto es así, entonces tenemos un periodo de por
lo menos veintitrés años separados de, y señalando el comienzo de, esos
tiempos del dominio gentil sobre el Territorio, la Ciudad, y el Pueblo.
¿Por
qué no podría ser el cierre del periodo de estos tiempos gentiles (denominado
la Sunteleia) señalado por un número
de años correspondiente o similar (23 o más)?
Nosotros
creemos que hay un doble cumplimiento; primero en Reinos. Después en Reyes. Hasta
el presente, ha habido cuatro reinos, como hemos enumerado arriba (Babilonia,
Medo Persa, Grecia y Roma), después entonces tenemos el quinto, presente o todavía futuro. El Reino de la Bestia será el sexto, y el séptimo será “el Reino de nuestro Señor, y de Su Cristo.” Siendo los Reinos considerados distintos de los Reyes.
Pues,
de igual manera, al tiempo del fin (en la Sunteleia),
habrá cinco individuos que contenderán breve y sucesivamente por
independencia, y entonces el sexto (“aquel uno” referido al punto del tiempo de
la Visión); será seguido por la Bestia, quien será “la séptima cabeza” en su
estado mortal durante 3 años y ½ , y
después “el octavo” rey en su estado sobrehumano
durante los siguientes 3 años y ½ (la última mitad de los siete años referidos
en Daniel 9:27).
Hubo
tres reyes en Jerusalén que lucharon por independencia, y a quienes
Nabucodonosor derrotó y castigó. ¿Por qué no podría haber cinco individuos en
la Sunteleia que lleven a los judíos
a pelear de la misma manera contra el poderío de la Sultanía Mahometana?
Leemos de
“cinco reyes” y el “sexto” en Ap. 17:10. Los Judíos bajo protección de
estos deben rebelarse contra el poderío de la Sultanía y finalmente “harán un
pacto” con el séptimo, la Bestia
(Daniel 9:27), para reconquistar su completa independencia.
Esto
sería por supuesto en el estado mortal de
estos cinco reyes, y del sexto así como del séptimo. La duración del estado mortal de la Bestia, como la séptima
cabeza, será, sabemos, solamente de 3 años ½.* El surgimiento y la caída de los
otros reyes debe ser también de muy corta duración. Para el cumplimiento de Apocalipsis 17:10 serían suficientes unos pocos
años.
* Y su estado sobrehumano será de un similar periodo.
Daniel
11 muestra cómo los judíos se verán afectados por aquel que en su curso mortal
es el primer rey de Siria: y después, en el enraizamiento de tres de los reyes,
pasa a ser la séptima cabeza del poderío gentil.
Al
punto contemplado en la Visión (Ap. 17:10) esta quinta cabeza habrá ya caído:
La quinta cabeza del dominio Gentil sobre Jerusalén; así como el quinto de
estos últimos reyes individuales en su estado mortal. Así debe marcar un punto
correlativo una importante época, porque es del “sexto” rey que se ha dicho, en
esta unión “uno es”. Del “séptimo”, en ese momento, se dice que él “no es” pero
está en ese momento a punto de aparecer y
“estar presente”.
Durante
los años de la Sunteleia, o
consumación, habrá suficiente tiempo para que el valle del Éufrates se
desarrolle y Babilonia sea reedificada. Será necesario que sea reedificada por
el hecho de que nunca antes ha sido destruida de la manera que está
profetizado. La posterior evidencia de eso debemos reservarla hasta que
lleguemos al cap. 18.
Una
cosa sabemos, y es que Dios cumplirá todo lo que ha predicho; y, si nos
referimos a los hechos o movimientos del presente, lo haremos solamente para
mostrar cuán simple y fácil puede todo suceder; y además tan naturalmente, como
para ser apenas notado excepto por aquellos que “conozcan los tiempos”.
Con
respecto a la Bestia, propiamente, se nos dice a seguir en este versículo 8,
que la Bestia descrita “subirá del Abismo y va a perdición”. Vemos esta
ascensión en el cap. 13:1. Esta es la Bestia en su estado sobrehumano. Porque Juan vio la marca de la herida en él. Y Juan se
maravilló. Todos se maravillarán con esta manifestación, y el objeto de este deslumbramiento
es esta Bestia que “era, y no es, y se presentará”. Los poderíos mundanos son,
cuando se representan como “la Bestia”, siempre vistos como uno. La Bestia nunca se ve separado de
sus siete cabezas y diez cuernos; si es así, deben ser contemporáneos.
En
el cap. 17, la Bestia es vista tanto como un
individuo, como colectivamente. El Dragón en el cielo comprende siete
cabezas y diez cuernos; sin embargo, cuando se habla del individuo único que dirige todos los movimientos
del Poderío del Dragón, se refiere a Satanás (cap.11:7; 13:5. Compare con
Daniel 7:11; 11:36). Pues igual sucede en el caso de aquel que sea la cabeza ejecutiva de las siete, y sea referida a
todas las partes que componen la Bestia
Al
término de su estado mortal, esto es, los primeros 3 años y ½, recibe su herida
de muerte; y por eso en ese periodo,
antes de que suba del Abismo en su forma sobrehumana, se puede realmente decir
que él “estaba” y “estará presente”. Y podrá además ser verdaderamente dicho, al momento de
tiempo referido por el ángel, “y no
es”. *
*Vea
Gen.5:24, que explica este tema. Igual que se dijo de Enoc que “no estaba” en
la tierra, sino en el cielo, al punto que fue arrebatado: Así se dirá de la
Bestia, que él “no está” en la tierra, porque en ese entonces había sido
lanzado al Abismo.
Este
“no es” no significa que nunca haya existido, porque la misma expresión
conlleva eso mismo; no se podría emplear hablando de alguien que no hubiese
tenido existencia alguna. Tal como de Cristo mismo, relativamente, con respecto
a la tierra, se puede en este presente momento realmente decir que él era y no es, y estará presente aquí
otra vez. Pero por supuesto con respecto a Sí Mismo
absolutamente, “Él era, y es, y está por llegar”.
El versículo
siguiente conecta esta Bestia directamente con la Bestia del cap. 13, por eso
se añade:
9-
Esto, para la mente que tenga sabiduría.] Esta repetición de 13:18
identifica y conecta estos dos capítulos. “Aquí hay sabiduría. El que tiene
entendimiento cuente el número de la bestia, pues es número de hombre” (Vea
encima, en 13:18). La palabra traducida “mente” en 17:9, y “entendimiento” en
13:18, es la misma, esto es, Vous (nous).Y
esta “sabiduría” es, para entender que, aunque se vea una “Bestia” en la
visión, no significa una Bestia salvaje, sino una gran personalidad final sobrehumana;
es decir, “un hombre” que se mueve por la energía del poder Satánico.
-9.
Las seis cabezas son (o representan)
siete montes sobre los cuales se sienta
la mujer, (-10- ) y son (o representan) siete reyes:] Esta
última cláusula la hemos traducido como Alford, RV., y otros. La puntuación de
la versión AV. en este versículo tiene muchas faltas. El versículo 9 debería
acabar con la palabra “sabiduría”, y lo restante del versículo debería hacer
parte del décimo versículo.
La
explicación del ángel no hubiese entonces sido cortada a la mitad, e
interpretada separadamente como se hace comúnmente; y los “siete montes” no
habrían sido tratados independientemente de la cláusula siguiente que después
explica lo que significan. Las “siete montañas” son, de acuerdo con esto, “siete
reyes”. No dice que “haya siete reyes” por encima y por debajo, y al lado de
las “siete montañas”; sino que las “siete montañas son (es decir, representan)
siete reyes.” Las siete cabezas pertenecen a la Bestia sobre las cuales se sienta la mujer. De acuerdo a la
estructura de "E., 1.", los versículos 9, y 10 tienen por
sujeto los confederados de la Bestia. Ahora bien, las “montañas” no pueden
confederarse, pero los reyes sí que pueden. Por eso, aunque se use la palabra
“montañas”, se da por entendido que significan “reyes”, para que no cometamos
ninguna equivocación. Compare con Zacarías 4:7.
Estas
montañas, entonces, no son meros peñascos o tierras rocosas, sino “reyes”. La
palabra “montaña” se emplea generalmente como una Figura (Símbolo, o Metáfora, o Metonimia) por un reino. Se emplea sobre
Babilonia en sí en Jeremías 51:25, y del reino del Mesías en Daniel 2:35.
Para
los intérpretes tomar estas literalmente
como “montañas”, en el medio de un contexto que los mismos intérpretes
toman siendo simbólico; y en la faz
de la interpretación dada actualmente
por el ángel que “son siete reyes”, es desviarse y perderse con la palabra de profecía. Aquí se afirma que
“son siete reyes”, y nosotros creemos en lo que dice.
Las
siete cabezas no pertenecen a ninguno de los Poderíos del mundo; porque cada
reino tenía muchas tales “cabezas” o reyes.
Pertenecen
necesariamente a todos ellos, y son
vistos como una Bestia, para que así
puedan ser vistos perteneciendo a, y haciendo parte de, la totalidad. Eso es
por lo que esta Bestia en el cap. 13:2 es parecida con un “leopardo” (la tercera, Grecia),
y sus pies como los pies de un “oso” (la
segunda, Persia), y su boca como un “león”
(la primera, Babilonia). Combina en sí mismo las marcas simbólicas de los
demás.
La
mujer (es decir, aquella gran ciudad, vers.18) está sentada sobre muchas aguas
(esto es, reinando sobre muchos pueblos, y multitudes, y naciones y lenguas,
vers.15), y se ve sentada sobre una bestia vestida de escarlata (es decir,
llevada y soportada por todos los reyes y los miembros que componen el cuerpo
de la Bestia). Esta será la condición de las cosas al punto de vista referido
en la Visión. En este noveno versículo tenemos una descripción acerca de lo que
va suceder en la parte inicial de los
primeros 3 años y ½. Es el modo verbal presente, “ESTÁ SENTADA”, y es profético
de algo que ahora es todavía futuro. No dice que estaba sentada o que se
sentó, sino que ahora está sentada, esto
es, no en el momento en que el ángel se lo estaba interpretando a Juan, sino en
el momento que tuviese lugar en “el día del Señor”. Es la mujer (es decir,
aquella gran ciudad, vers.18), sobre la cual se centra nuestra atención en este
versículo, y sobre el sustento que le van a proveer en ese tiempo. Todos son contemporáneos los
unos de los otros; fundidos juntos como el metal se funde para erguir la figura
de un hombre.
Si
en los versículos 9 y 10 quisiese decir literalmente montañas, entonces los
comentadores están divididos entre Constantinopla, Bruselas, Jerusalén y Roma.
Albert
Barnes dice: “Todos los respetables intérpretes concuerdan que se refiere a
Roma; tanto sea la Pagana, Cristiana o Papal”.
Si
esto es así, entonces debemos contentarnos de ser contados, con muchos otros,
entre aquellos que no son “dignos y respetables”. La Roma Papal no puede significar, porque nunca ha tenido siete autoridades
reales (de reyes). Tampoco puede significar la Roma Cristiana, porque nunca poseyó autoridad real de ningún tipo. Y la
Roma Pagana tampoco, porque no hay siete reyes que puedan ser agregados por
los comentadores; y que vaya a ser destruido por la piedra de Daniel 2:35, 45. Vea también Daniel 7:26, 27.
Acerca de estas
siete cabezas, o reyes, se añade, que,
-10-.
Cinco de ellos han caído, uno (el sexto) es (en este punto de la
Visión), y el otro (el séptimo), todavía no ha venido.] Si
esto se interpreta del Dominio Gentil en el punto futuro de la Visión referido
por el Ángel; entonces, en cuanto a los dominios, el quinto ya habrá caído: (1)
Babilonia, (2) Medo /Persa, (3) Grecia, (4) Roma, (5) Mahometano. El sexto será
el Reinado de la Bestia, (7) el séptimo será el Reino de nuestro Señor y de Su
Cristo.
Y
en cuanto a los individuos, cinco de los siete (y el sexto) habrán obtenido
soberanía o independencia para los judíos, y el camino estará listo para que
venga el séptimo en su estado mortal.
Los
siete son todos de una serie. ¿! Cómo podría el sexto ser Roma, y a la vez ser
la Bestia, y contener la totalidad, incluyendo el octavo!?
Si
interpretamos estos reinos y reyes de cualquier otra manera, y sobre cualquier
otro principio que el ofrecido arriba, nos vemos del todo envueltos en una masa
de conflicto de opiniones y especulaciones que son perfectamente aterradoras.
Alford
nos aporta (1) Egipto, (2) Nínive, (3) Babilonia, (4) Persia, (5) Grecia (con,
por supuesto, Roma para el sexto), ¡y el séptimo el Imperio Cristiano bajo
Constantino!
Otros nos dan (1)
Asiria, (2) Egipto, (3) Babilonia, (4) Persia, (5) Grecia, (6) Roma, (7)
Futura.
Otros
(entre los que se sitúa Moses Stuart), dan (1) Julio Cesar, (2) Augusto, (3)
Tiberio, (4) Calígula, (5) Claudio, (6) Nerón, (7) Galba. También sugiere
comenzar con Augusto, para que se haga Nerón el sexto; pero en este caso desafía
del todo a la historia, la cual nombra a Domiciano el Emperador en los días de
Juan.
Otros
dicen: (1) Rómulo, (2) Pompilius, (3) Tulio Hostilio, (4) Ancus Martius, (5) Tarquino
Prisco, (6) Servio Tulio, (7) Tarquino Soberbio.
Otros,
confinando la lista a aquellos que sufrieron de muertes violentas, hacen de (1)
Julio Cesar, (2) Tiberio, (3) Calígula, (4) Claudio, (5) Nerón, (6) Galba, (7)
Oto.
Otros
sugieren (1) Faraón, (2) Senaquerib, (3) Belsasar,) (4) Epifanio de Antioquía,
(5) Herodes Agripa, (6) Nerón Cesar, (7) Napoleón.
Esto
es todo lo que surge a través de los “respetables” intérpretes. ¿No es este
tipo de confusiones las que hacen que se trate este libro de cualquier manera
menos con respeto? ¿Con cuál de estos
y muchos otros hemos de tomar como el significado de las palaras del ángel
“cinco han caído, uno es, el otro no ha llegado todavía”?
Con
respecto al poderío Gentil, debemos preguntarnos, ¿por qué iríamos a darle la
espalda al principio que Dios tiene asentado y ofrecido cuando dijo a
Nabucodonosor, “tú eres esta cabeza de oro”? (Daniel 2:38).
¿Por
qué tendríamos que volvernos a Egipto, Asiria, y Nínive; o comenzar con Roma,
cuando Dios hace el comienzo en Babilonia?
Y con respecto a los
individuos, ¿por qué tendríamos que hacer de todos los siete reyes como si
perteneciesen a uno de los cuatro
poderíos mundanos, cuando es la Bestia que representa la totalidad? Si lo
confinamos a uno: al cuarto, habría más de siete cabezas. Y si incluimos todas
las “cabezas” o “reyes” con el contenido total, entonces tenemos tantos que es
completamente imposible hacer lo que sea con ellos en conexión con la
interpretación de estas profecías.Si deseas recibir nuestras publicaciones directamente en tu dirección de e-mail o contactarnos escríbenos a: mirasoloadios@live.com
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