"EL APOCALIPSIS O EL DÍA DEL SEÑOR" Por E. W. Bullinger (LA SEXTA VISIÓN EN LA TIERRA- 3ª. Parte) 18ª Publicación
Bienaventurado
el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía,
y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.
Apocalipsis 1:3
y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.
Apocalipsis 1:3
Por
E.W. Bullinger, D.D.
Segunda edición
(Revisada y corregida)
1909
Traducción al español por Juan
Luis Molina
Con
la colaboración de
Claudia
Juárez Garbalena
El
error más grande ha sido hacer siempre cualquier otro lugar, en vez de a Israel, el eje de las profecías; y calcular los puntos
del compas por otro centro cualquiera excepto Jerusalén, o el lugar donde fue
vista la Visión, o escrita la profecía.
Existen
otras dificultades asociadas con las interpretaciones comunes del cuarto Poderío
Mundano, que hacen a Roma la talidad de la Bestia, y sin embargo una de sus
cabezas al mismo tiempo. Los “respetables intérpretes” que hacen a la totalidad de la Bestia, Roma, hacen que
también una de sus cabezas o reyes
sea Roma; ¡y esta cabeza única posteriormente comprende los diez reinos en los
cuales se subdivide! En cuanto que los diez reyes de Daniel no son idénticos
con los diez del Apocalipsis, pues los diez de Apocalipsis 17 nunca fueron
reyes en sus estados mortales, por
eso en el vers.12 se dice expresamente que ellos “no han recibido todavía un
reino”.
Cómo
puede haber alguien que afirme que esta “cabeza” única comprenda los diez
reinos ¡es difícil de entender! El Territorio puede ser dividido en diez
reinos, pero la “cabeza” no puede.
La
imagen de Daniel 2 fue vista completa, igual que se ve en “el tiempo del fin”,
mientras que hasta ese momento solamente el primero de estos poderíos estaba
entonces en existencia, y todos los demás eran futuros. Pues, de igual manera,
la imagen también va a ser vista completa cuando la totalidad sea combinada en
la Bestia (y la séptima y octava cabezas), aunque todas las restantes serán
entonces del pasado. La piedra cae a los pies de la imagen y destruye la
totalidad de la imagen de un golpe. La Bestia como se ve en Ap. 18 y 19 combina
la totalidad, y es destruida de un golpe al tiempo de la Aparición o Apocalipsis
del Rey de reyes en Ap. 19.
Es
importante observar que la Bestia nunca es vista en el Apocalipsis sin las
siete cabezas y los diez cuernos, porque son vistos entonces como siendo contemporáneos
y en su forma sobrehumana. Pero sin embargo, en su forma mortal habían sido
sucesivos.
La Bestia en Daniel no tiene siete cabezas. No
las podía poseer a menos que fuesen contemporáneas, lo cual va en contra de la
profecía en Daniel. Él tiene diez cuernos al tiempo cuando la séptima cabeza
viene a ser suprema.
La
única solución de todas estas dificultades parece estar en el “octavo” rey, que
es considerado como “de los siete”, y al mismo tiempo cumple todo lo que se ha
dicho de “la cuarta Bestia” y de “el cuerno pequeño” de Daniel 7 y 8.
Tenemos
que notar (1) que Daniel 2 y 7 muestra el tiempo completo de duración desde
Nabucodonosor hasta la venida de Hijo del hombre en Ap.19.
(2)
Que dentro de esa duración debe tener lugar la totalidad de la profecía
incompleta concerniendo al Dominio Gentil.
(3) Que Daniel 8 da el “fin del tiempo” de esa
duración vinculada al periodo anterior para poder mostrar su conexión con la
totalidad. Y,
(4)
que Daniel 11 da los “últimos días” de ese “fin del tiempo”, pero vinculado a
los versículos anteriores (11:1-4).
Así
tenemos la totalidad del periodo de “los tiempos de los Gentiles”; y entonces,
“el tiempo final” del gobierno gentil; y, finalmente, “los últimos días” de ese
gobierno.
Lo
que se dice en Daniel caps. 7 y 8 en su
mayor parte es todavía futuro. Se muestra en conexión inmediata con el
asentamiento del trono del Anciano de Días (Daniel 7:9 a 27). “La Visión es
para el tiempo del fin” (Daniel 8:17). Se refiere a “lo que ha de venir al fin
de la ira, porque eso es para el tiempo del fin” (Daniel 8:19). La profecía
relata al “fin del reinado, cuando los
transgresores lleguen al colmo” (Daniel 8:23, se cumplan).
En
Daniel 7:17, 18, se nos dice expresamente que “estas grandes Bestias”, las
cuales son cuatro, son cuatro reyes que se levantarán en la tierra, pero los
santos del Dios Altísimo poseerán el reino”. Su levantamiento, por tanto, es al
final del tiempo, y son “reyes”.
Cuando
se le dijo a Nabucodonosor, “Tú eres esta cabeza de oro” (Daniel 2:38), ¿se
daría él cuenta de todo lo que eso significaba? ¿Se darían cuenta los hijos de
Abraham de todas las promesas hechas a Israel en cuanto a la completa posesión
de todo el Territorio? Igual sucede con las Bestias de Daniel. En sus estados mortales ellos se mantienen ignorantes
(especialmente el cuarto) a la hora de darse cuenta de todas las profecías que
les dicen respecto. Pero igual que Israel será consciente de todas sus
profecías en su segunda manifestación, así sucederá también con la Bestia en su
estado sobrehumano.
Ap.
17:10 fija el punto de la Visión, allí está referido, como estando justo entre
el estado mortal y el sobrehumano.
“Cinco de ellos han caído, el uno es, el otro
todavía no ha llegado:
-10.
Y cuando venga es necesario que dure breve tiempo.] Es decir,
un corto periodo comparado con los otros. Tenemos una declaración similar en
12:12; cuando Satanás está siendo expulsado, “estaba enfurecido, porque sabía
que tenía poco tiempo”.
Siete
años serán “un corto periodo”. Tres años y medio todavía serán aun más cortos.
En
ese entonces, seis de las “cabezas” ya habrán aparecido, tanto como dominantes,
y como individuos en su estado mortal. Ya
habrán descendido al Abismo. En este punto en la Visión el levantamiento de la
“séptima” cabeza sería inminente a su estado mortal. Entonces después de tres
años y medio se dará su muerte; y entonces (después de tres o cuatro días de
pública exposición del cadáver a la vista de todos), su reencarnación.
La
séptima cabeza no puede ser una
persona o un rey que haya ya existido en la tierra. No tenemos ningún reino
aquí, sino un gran y terrible rey. Él “cae” como
los seis anteriores. Será asesinado con la espada
(cap. 13:3, 14), pero regresa a la vida de nuevo; y entonces el ultimo gran
gobernador sobrehumano de “los reinos de este mundo” se levantará revelado
hasta que sea destruido por el “Rey de Reyes”. Todas las cosas habrán sido
entonces preparadas, y los acontecimientos se irán dando con una rapidez sin
paralelos.
Los “Reinos” y los
Reyes”, en Daniel, y Ap.:
"REINOS”
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"CABEZAS”
o "REYES”
|
"Los tiempos de los Gentiles”
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1. Oro.
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2. Plata.
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3. Bronce.
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4. Hierro.
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5. Barro (o Hierro y Barro).
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La Sunteleia,
o “Día del Señor”.
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1. La 1ª Cabeza.
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2. La 2ª Cabeza.
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3. La 3ª Cabeza.
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4. La 4ª Cabeza.
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|
5. La 5ª Cabeza.
|
|
("Cinco
han caído”)
|
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6. La 6ª Cabeza.
|
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(“una es”;
“la otra todavía no ha venido”).
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|
"El Gran
Día del Señor” (La última “semana”).
La elaboración
del Pacto (Daniel 9:27).
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6. El Reinado de la
Bestia.
|
7. La 7a Cabeza
(Estado Mortal)
|
("que
era, y no es, y estará presente” como
el 8º Rey).
|
|
"El Grande
y Terrible Día del Señor”
(la última mitad de la “semana”) La ruptura del Pacto (Daniel 9:27). (Dn. 9: 27). |
|
8. El 8º Rey. La Bestia. (Su estado sobrehumano). El 8º Rey
|
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7. "El Reino de nuestro Señor y de Su
Cristo.
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Lo
anterior se refiere al Dominio sobre la
Ciudad de Dios, el Pueblo, y el Territorio. No incluye, por tanto, los “Diez
Reyes” o “Reinos,” ni de Daniel ni de Apocalipsis, que estén fuera del
Territorio.
El
versículo onceavo nos lleva a la segunda pareja de miembros que interpreta la
Bestia y sus Confederados. Cap. 17.
Los versículos 8 a
10 nos dan el primer par;
Los versículos 11, 12 dan el segundo par.
Los versículos 13 a 17 dan el tercer par;
Los versículos 11, 12 dan el segundo par.
Los versículos 13 a 17 dan el tercer par;
Vea la Estructura
anterior.
F2.
17: 11, 12. El Segundo par de miembros.
11.
Y la bestia que era, y no es, es también
el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición.] Debemos observar
cuidadosamente que aquel de quien se dice comúnmente como “la octava cabeza”,
no se llama así en la Escritura. Ahí se conoce simplemente como “un octavo” rey. En este versículo tenemos (de
acuerdo a la Estructura) la historia posterior de la Bestia.
En
los versículos 8 y 11 tenemos los dos estados o periodos del curso de la Bestia
claramente distinguidos. En el cap. 3 Juan ve lo que había sucedido antes de
13:1, en el estado mortal de la Bestia, antes de ascender del Abismo. Juan vio
la causa por la cual la Bestia
descendió en el Abismo. Y cuando Juan lo vio “ascendiendo”, observó (13:3) a uno de entre sus cabezas que había
sido asesinado.
En
su forma mortal corre su curso durante la primera parte de la semana (Daniel
9:27; los “cuarenta y dos meses” de Ap. 13:5). Durante este periodo, los Dos testigos de Dios
(11:3) son el Divino testimonio sobre la tierra.
Cuando
ellos hayan finalizado su testimonio, o inmediatamente antes del cumplimiento
de su misión, la Bestia (en su forma mortal) es asesinada. Recibe su herida de
espada (13:3), y regresa a la vida de nuevo; sale del Abismo (11:7), les hace
guerra a los Dos Testigos, y prosigue el resto de su curso en su forma
sobrehumana. (13.—.).
La primera vez que
se le denomina “la Bestia” en este libro, es en Ap. 11:7.
Él
es, o hace parte “de los siete”. Es decir, es el séptimo en diferente forma (su octava, o
sobrehumana). Y aunque él sea “un octavo” rey, no hay un tal octavo, sino solo
siete, porque el séptimo y octavo son un mismo personaje; por eso
se dice que el octavo es, o hace parte “de los siete”.
Como
la séptima Cabeza mortal, él es el
“pequeño cuerno” de Daniel 7; el Rey de Daniel 11:21.
Hablando
de una manera general, el estado mortal completa
la primera mitad del total de “las setenta semanas” (esto es, los primeros 3
años y ½ de Daniel 11:27); y el estado sobrehumano debe ocupar la última mitad.
Pero no hay nada que nos muestre qué periodo de tiempo habrá entre su revivir y
asesinato. Ni tampoco podemos decir exactamente cuánto tiempo transcurrirá
entre su muerte y su reaparición. Nosotros suponemos que no excederá más de
cuatro días.
Después
entonces, inmediatamente a seguir a su resurrección, mata (¿crucifica?) a los
Dos Testigos (cap. 11). Consecuentemente, sus
1.260 días deben cubrir parcialmente
y hacer parte de sus 42 meses. Así,
pues, deben haber testificado 1260 días aproximadamente durante su estado
mortal, antes de que se diese su asesinato.
Pareciera
como si estuviese en la escena, participando en varios asuntos políticos, antes
de hacerse actualmente manifiesto como la séptima cabeza, es decir, el
Anticristo. El “Pacto o Liga” de Daniel 11:23 aparece hecho antes del “Pacto” de
Daniel 9:27. La “Liga” es uno de los primeros pasos que toma para ir
mezclándose en los asuntos Judíos.
El
“Pacto” de Daniel 9:27 parece ser un avance subsecuente sobre aquel. El Pacto
señalaría el principio de los siete años.
Durante
la primera mitad de la semana (durante la cual corre la séptima cabeza y
completa su carrera mortal), los Dos Testigos de Dios (cap. 11:3) son los proclamadores
del especial Divino Testimonio sobre la Tierra. Justo antes del término de su
Testimonio la Bestia es asesinada. Su estado mortal ha llegado a su fin. Cuando
vuelve a la vida, él sale del Abismo y les hace la guerra, a ellos, y a todos
los que no le adoren.
Con
respecto a las cabezas: En sus estados mortales son solamente siete, y son
sucesivas. Pero en su estado sobrehumano son también siete (13:1 y 17:7), y
están agrupados en uno -la Bestia salvaje.
Este
versículo por tanto contiene detalles particulares posteriores acerca de la
Bestia mencionada en el vers. 8. Y ahora, en el versículo 12 tenemos los
confederados de nuevo.
12.
Y los diez cuernos que has visto son (es decir, representan) diez
reyes, que aun no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad
como reyes juntamente con la bestia] (esto es, al mismo tiempo u ocasión. Vea cap. 14:7, 15; 18:10, 17, 19. Mateo
14:15; 18:1. Marcos 6:35. Lucas 1:10; 14:17. 1a Juan 2:18. Juan 5:35. 2a
Corintios 7:8. Filemón 15). Estos diez reyes,
en su estado mortal, no habían sido propiamente reyes; sin embargo ahora, en sus
formas sobrenaturales, son contemporáneos, y reciben poder al mismo tiempo con
la Bestia. La fraseología popular siempre habla de ellos como “diez reinos”. No
hay que maravillarse que no consigan ser identificados o pronosticados, porque las Escrituras no
dicen nada acerca de “diez reinos”, sino siempre “diez reyes”. La sustitución de “reinos” lo único que
acarrea es confusión. El versículo entonces se leería así “Ellos son reinos,
que todavía no han recibido reinos, pero reciben autoridad como reinos”. ¡ Eso sería tanto absurdo como confuso!
Son
vistos como reyes solamente en conexión y compañía con el último u octavo rey. No sabemos quienes o qué
deben ser estos reyes. Ellos no son los “reyes de la tierra” mencionados en el
vers.18; porque esos se hallan subordinados a los diez de los cuales habla este
versículo.
En
la primera aparición de la bestia salvaje y su corporación saliendo del Abismo,
la mujer (esto es, la gran ciudad, Babilonia) es por él sustentada (o como se
expresa, “se sienta sobre ella”). Sin embargo, la mujer no es fiel a este nuevo y sobrehumano poderío. Mantiene
intrigas con “los reyes de la tierra” (mortales) mientras que la Bestia salida
del Abismo es quién la sustenta. Al igual que Enrique VIII lidió y trató
parcialmente con la Iglesia Romana en Inglaterra, así también la Bestia lida
con Babilonia universalmente. Le confiscará a la mujer sus impuestos,
apropiando su real estado así como su personalidad. La ciudad, siendo así
“hollada”, se hallará completamente en las manos de este poderío sobrehumano
(cap. 18.), y llena con espíritu diabólicos, hasta que un ángel fuerte del
cielo complete la destrucción.
F3.
17: 13, 14. El tercer par de miembros.
13.
Estos tienen un mismo propósito (es
decir, el mismo punto de vista, intención, y consentimiento), y
entregarán su poder y su autoridad a la bestia.] No solamente son contemporáneos en cuanto al tiempo, sino
que además están de acuerdo en un mismo propósito. Esto va a ser algo muy
diferente de lo se conoce como el “concierto” de Europa. Nunca antes diez reyes han hallado un común acuerdo.
Es la poderosa influencia espiritual la que impone esta unanimidad. (Cap. 16:14).
14.
Pelearán contra el Cordero, y el Cordero
los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes, y los que están con
él son elegidos y fieles.] Esta es la batalla para la cual irán reuniendo
los demonios a los reyes de la tierra. Se atribuyen dos razones para el
resultado de esta guerra: La gloria del Rey, y sus ejércitos por él elegidos.
La batalla se profetiza en 17:14, pero no se da la lucha hasta el cap. 19.
15.
Y me dijo: Las aguas que has visto donde
la ramera (esto es, “la gran ciudad”)
se sienta, son (o, representan) pueblos,
muchedumbres, naciones y lenguas.] Esto comienza la segunda división de la
interpretación del Ángel de la Visión. Se señala por las palabras, “Y él me
dijo”, repetida desde el comienzo de la primera división en el versículo 7. La
mujer representa “aquella gran ciudad”. Así se dirige hablando a Babilonia
(Jeremías 51:13): “Tú que moras entre
muchas aguas, rica en tesoros, ha
venido tu fin, la medida de tu codicia.” Cómo haya sido posible que esto se
interprete de Roma es algo que no comprendemos; porque no es la visión lo que
aquí tenemos, sino su interpretación.
Pedimos
a nuestros lectores que comparen los siguientes pasajes como aquí se han
dispuesto en columnas paralelas. La primera columna contiene los pasajes del
Antiguo Testamento, y la otra del Apocalipsis. En Ambas partes se dice
claramente que concierne a Babilonia. Así que no le reconocemos autoridad
alguna, por muy “respetable” que sea, a quien nos asegure que estos pasajes se
refieren a Roma:
Jer. 51: 13
|
Ap. 22: 1
|
Jer. 51: 7
|
Ap. 27: 4
|
Jer. 51: 7
|
Ap. 17: 2
|
Isa. 47: 5, 7
|
Ap. 17: 18 & 18: 7, 8
|
Jer. 51: 25
|
Ap. 18: 8
|
Jer. 51: 6,
45; 50: 8
|
Ap. 18: 4
|
Jer. 51: 9
|
Ap. 18: 5
|
Jer. 50: 15; 51: 24-29
|
Ap. 18: 6
|
Jer. 50: 29
|
Ap. 18: 6
|
Jer. 51: 8 (Isa. xxi. 9)
|
Ap. 18: 2
|
Jer. 51: 63, 64
|
Ap. 18: 21
|
Is. 13: 21
|
Ap. 18: 2
|
Is. 24: 10, 8
|
Ap. 18: 23
|
16.
Y los diez cuernos que viste, y* la bestia, éstos aborrecerán a la ramera (es
decir, aquella gran ciudad), y la
dejarán desolada y desnuda (esto es, despojarán y saquearán la ciudad); y devorarán sus carnes (se apoderarán
de sus tesoros), y la quemarán (es
decir, la ciudad) con fuego.] El
cómo un falso sistema religioso, Papal o de cualquier otro tipo, pueda haber
sido así tratado es algo que no podemos entender. La lectura de “y”, en vez de
“sobre” es muy importante. Eso asocia el odio del octavo rey con el de los
diez, en vez de distinguirlo en ese odio, y separarlo de esta guerra. La
palabra “estos” los vincula a todos juntos. La palabra “estos” es masculina,
mientras que “los cuernos” y “la bestia” son neutras. Es la figura denominada Silepsis, por la cual la concordancia
del pronombre es más lógica que gramatical.
* G.L.T.Tr.A. WH.
y RV. traducen (...) (kai) y, en vez de (...) (epi), en o sobre.
La
Bestia propiamente se hallará al tiempo ocupando la Ciudad, mientras los Diez
Reyes estén ejercitando su autoridad cada uno en sus respectivas partes del
mundo; y eso, así como el Papado ejerce su autoridad en muchas tierras - así
los agentes de la mujer hacen lo mismo, con esta sola diferencia: que en todos
los reinos de la tierra, los “reyes de la tierra” (mortales) están cometiendo
fornicaciones con esta mujer: es decir, son uno en intrigas religiosas y
conspiración. Babilonia se sienta sobre muchas aguas: es decir, “gentes, multitudes,
naciones, lenguas”: en medio de todos estos, Babilonia es religiosamente una
ramera.
Por
encima de “los Reyes de la Tierra”, (mortales), reinan “los Diez Reyes”. Toda
la tierra está dividida para ellos. Durante un corto espacio de tiempo (hasta
que adquieran una posición estable y firme) serán los que mantengan o sustenten
a la mujer. Tan pronto como se sientan seguros y confiados, entonces, en estos
“pueblos, multitudes, naciones, y lenguas” comenzarán a hacer la guerra con
ella en simultáneo: la Bestia (el último rey de Babel en Babilonia) y los Diez
Reyes en sus respectivas partes del mundo. Es por eso que en toda nación,
pueblo, lengua, y multitud, los mercaderes de la tierra podrán verla de lejos y
lamentar la destrucción de la mujer. Porque será un auto de fe entre todos los pueblos por los cuales ha sido
sustentada la mujer.
Para
ver más de cerca esta destrucción compare los pasajes de Jeremías ofrecidos
arriba; y compárelos con su ejecución en Ap. 18:8. El motivo de esta
destrucción se nos da en el siguiente versículo.
17.
Porque Dios ha puesto (lit. les
ha ofrecido) en sus corazones el ejecutar (lit. llevar a cabo) lo que
Él quiso: ponerse de acuerdo, y dar el reino a la Bestia, hasta que se cumplan
las palabras de Dios.] Aparentemente es la obra de Satán, pero Dios
está por encima de todo, y “les envía un poder engañoso” (2ª Tess.2:11. Compare
Isaías 10:7). Ellos llevan a cabo sus malvados deseos, pero sin saberlo, cumplen
el consejo de Dios.
Lo que ofrecen son
sus reinados, no sus reinos. No transfieren territorios, porque todos los
reinos están unánimes debajo de la Bestia que “devorará toda la tierra”.
Al
igual que la Bestia es una, aunque
compuesta de muchos individuos seres sobrehumanos; así será uno también el reinado
del Señor Jesucristo, porque en él habrá
muchos reyes y principados y potestades.
Estos
“diez reyes” ofrecen sus poderes reales. Pero hay un límite para todo esto, y
esa limitación se halla expresa en las palabras “los dichos verdaderos de Dios”,
para que estas cosas sucedan: más allá de esto no pueden llegar.
Ahora llegamos al
final; a la interpretación concerniente a la mujer: la declaración final que
asienta la base de todo el asunto.
D. 17: 18. La
Mujer.
18.
Y la mujer que has visto es la gran ciudad que reina sobre los reyes de la
tierra] es decir, aquellos que así son nombrados en
16:14.
Babilonia
es la ciudad que se nombra en el ver.5, pero su destrucción, tal como se
profetiza en el cap. 18, es muy diferente de aquella que habla Jeremías. Han
sido sugeridas otras ciudades, e incluso Inglaterra ha sido añadida a las
interpretaciones, debido a la unidad que tienen la Iglesia y el Estado. Cómo
pudiera ser una ciudad es algo que no conseguimos explicarnos.
El
resurgimiento de Babilonia se profetizó en Zacarías 5:1-11, 500 años antes de la
Era Cristiana. La mujer sin ley allí, corresponde a la gran ramera aquí, y el
ángel dice que estaba planeado “edificarle una casa en tierra de Sinar; y
cuando esté preparada la pondrán sobre su base”. “La Tierra de Sinar” nos lleva
de vuelta, no a Italia, Inglaterra, o Palestina, sino a Babilonia y a Génesis
11:2 a 9 y Daniel 1:1 y 2. Esta profecía nuca se ha cumplido. Babilonia está
para ser el último de los poderíos de la tierra para beber la copa de la ira
Divina en el Día del Señor (Jeremías 25:17 a 26). “Todos los reyes que están
sobre la faz de la tierra; y el rey de Babilonia beberá después de ellos”.
La
interpretación común que se da de Zacarías 5 sería penoso que la examinásemos:
y es ciertamente un error suponer que Ap. 18 sea comercial. Babilonia en
Apocalipsis 18 es un comprador y no
un vendedor. No intercambia
mercancías. Y con respecto a Zacarías, los comentadores se dividen entre la
medida y el peso.
El
Efa es una medida de capacidad, una medida para el grano. Así como el grano se
pone junto en la medida, de igual manera el pecador será recolectado en un
montón. ¿No serán estos los ladrones y perjuros de la visión anterior? Cuando
se levanta la tapa de plomo, se ve a una mujer sentada en la medida. La mujer,
se dice que es, “perversa”, no “comerciante”. No le está permitido salir de la medida. La tapa es puesta de vuelta. Parece como si solo
hubiese sido abierta, para dejar ver al profeta su interior. El Efa, con su
contenido, no ha permanecido en el Territorio: es llevada e introducida en la
tierra de Sinar. Esto se parece más con la expulsión de Palestina de los
“perversos” o reprobados, ladrones y perjuros, posiblemente al tiempo cuando
los Dos Testigos se hallen sobre la tierra.
Esto
sugiere, no comercio alguno, sino antes el peor sistema financiero mantenido
por los ladrones y perjuros (Zacarías 5:1). Tan intensa es la “perversidad” que
un “pergamino que vuela”, de las mismas dimensiones que el patio del Templo, es
enviado como una maldición, mostrando que los perversos serán juzgados por las
medidas del Templo.
Este
es apenas el lugar que recorren las profecías de Zacarías. Pero todos están
dispuestos a seguir alguna plausible tradición, sin tener en cuenta un estudio
independiente de la Palabra de Dios.
Todos
concordamos que Zacarías 5 es futuro; y que concierne a Babilonia, pero la
cuestión es esta, ¿no es verdad que, “plomo” (sea cual sea su peso) siempre
representa dinero? ¿Y no es cierto también que, una “mujer”, representa un
sistema religioso, en vez de representar el comercio?
Nosotros
sabemos que, Jerusalén, va a pasar a ser una gran ciudad, el regocijo de toda
la tierra. Pero, antes de que eso suceda, Babilonia vendrá también a ser una
gran ciudad; el asombro, y al mismo tiempo la maldición, de toda la tierra.
Tenemos
más de una vez referido y hablado del resurgimiento y reedificación de
Babilonia. Muchos son los que se burlan de esta idea. Pero si no le prestan
atención a lo que tan claramente enseña la Palabra de Dios ¿escucharán lo que
diga el hombre? Si asumen este resurgimiento de forma diferente o imposible,
juzgando solo por el estándar de sus propias imaginaciones, ¿qué es lo que
dirán de la siguiente noticia, proveniente del periódico The Daily Express (Londres), 28
de Enero, 1902? No son especulaciones, sino noticias, las cuales se nos
ofrecen bajo el título de artículo “El Gran Ferrocarril de Alemania”: y el
subtítulo “Algunos hechos acerca del esquema ferroviario de la gran Mesopotamia”,
por William Durban. Dice así:
“Una inmensa revolución del
mismo tipo tendrá lugar en el Oriente Próximo dentro de la próxima década. El ruido
del tren será oído haciendo ecos en unos pocos años sobre los lagos salados,
planicies bituminosas, y magníficas colinas y terrenos fértiles, que tornan la
vasta meseta de Mesopotamia entre el Éufrates y el Tigris el más curioso
mosaico de tierra en el mundo.
“Es asombroso pensar acerca de este
emprendimiento de las ingenierías en la cuna de la más antigua civilización del
mundo. El país nativo de Abraham va a ser invadido por una horda de obreros
nómadas, y a lo largo de las márgenes de arena del gran e histórico Tigris
relucirán los carriles gemelos de hierro que harán la total expansión del
caduco Imperio con la estrecha colaboración de la influencia Europea”.
"Una Resurrección de Babilonia."
“El
Kaiser tiene trazos indudables. Cuando en diciembre de 1899, se anunció que la
Compañía de Ferrocarril Alemana de Anatolia había recibido una concesión de
Adbul Hamid para la construcción de un ferrocarril desde Konieh hasta Bagdad,
se asumía generalmente que el esquema estaría pendiente en el aire por lo menos
desde hacía una generación. Pero el Emperador alemán es un modelo de hombre de
negocios, que es conocido como el “único amigo” del Sultán”. No fue en vano que
organizase, por medio de un espléndido escuadrón de oficiales militares, aquel
ejército Turco que hizo rendirse a la legión griega de Domoko y todos los
lugares en las planicies de Tesalia. El nuevo Irade, (decreto del Sultán) reafirma
la cuestión”.
“Es una tesis favorita de aquellos que
ponderan acerca de los misterios proféticos que, tanto Babilonia como Nínive, van a ser resucitadas con una gloria más
grande que la gloria de Nabucodonosor y Senaquerib. ¿Quién sabe? Lo que es
cierto es que el Kaiser entretiene el sueño de fundar un magnífico imperio en
el Oriente Próximo. Va a trabajar en el sentido de proseguir su sermón en
Jerusalén por resultados prácticos…
“Pocas personas se dan cuenta de la magnitud
de los dominios del Sultán Asiático. Estos dominios forman la parte más
importante a la faz de la tierra en conexión con la situación política
internacional del futuro próximo. La Cuestión Oriental está solo adormecida, y
sus leves sueños son muy imprevisibles.”
Junto
con esta, se da también la noticia de que este Ferrocarril comenzará a
funcionar al principio (1902), en cinco diferentes lugares: ¡y que Edison ha
inventado un cemento nuevo que capacita para que un edificio sea construido en
tres o cuatro días!
En
cuanto a nosotros, no precisamos de evidencias de este tipo; pero muestran
claramente que lo que tomamos por cierto, de la Palabra de Dios, no es nada
imposible desde el punto de vista del hombre.
X. cap. 18. Los Juicios de la Gran Ciudad.
Esta es la tercera y última de las tres grandes
divisiones de la Sexta Visión “en la
tierra” (cap. 16. —).
La primera la vamos a letrear V. cap. 16,
Los Grandes Juicios.
La segunda, la vamos a letrear W. cap. 17,
La Gran Ramera.
La
tercera que vamos a considerar ahora
es X. cap. 18, La Gran Ciudad.
El
ultimo versículo del cap. 17 termina dando la interpretación de la mujer como
siendo “la gran ciudad”. Aunque es la mujer la primera que se menciona en el
capítulo, sin embargo su interpretación se deja hasta el final, para que la
mención de la ciudad pueda guiar a la explicación de su destrucción, la cual
es el tema o sujeto del cap. 18. En el
cap. 17, tenemos el conflicto acerca de aquella gran ciudad, de la cual las
siete cabezas, y diez reyes, y “los reyes de la tierra”, y la Bestia (“el
octavo” rey) forman todos parte. Pero ahora, la ciudad en sí misma va a ser
juzgada como una ciudad.
Su
caída ya había sido proféticamente pre
anunciada en términos preliminares y generales (14:8). Pero la séptima Copa
ha sido en aquel entonces derramada, y la ciudad ya ha sido dividida por el
terremoto (16:17 a 21). No en tanto, su juicio final y extinción posterior,
todavía permanece por cumplirse. Y su descripción se nos da ahora en el ap. 18.
Muchos
de los que ven a Roma de alguna manera en el cap. 17, sin embargo encuentran a
Babilonia literal en el cap. 18. Pero ¿de dónde sacan ellos la autoridad para
hacer tal separación tan vital entre los sujetos de los dos capítulos? No
existe indicación alguna que señale tal distinción, ni en el texto, ni en el
contexto.
Todo
el mundo sabe perfectamente que Roma no fue nunca ni “grande” ni comercial. No
es un Puerto de mar; y no hay por otro lado ningún “capitán de barco” que allí
vaya. En sí misma Babilonia nunca fue así “súbitamente”
destruida, como lo será esta ciudad. La rapidez de su destrucción es uno de
los factores dominantes de este capítulo. Es cierto, Babilonia ha venido a
estar bajo el juicio que es el tema o sujeto de esta y otras profecías que le
conciernen (Isaías 47:11; Jeremías 51:8). No hay relato histórico conocido que contenga
lo que va a sucederle a Babilonia. Y además, lo que nos da este capítulo es
profecía, y no historia: algo que estaba por suceder después de que esta Revelación le era dada a Juan. Pero nada
parecido con esto ha sucedido, ni antes ni desde entonces. Así que si fuese Roma
la ciudad, entonces Roma debe volver a ser el gran centro político y religioso;
con puerto de abrigo y refugio. Y es igual de difícil creer en este reavivar de
Roma, como creer en el reavivar de Babilonia. En cualquiera de los casos es una
cuestión de un reavivar, o resurgir.
Babilonia no fue repentinamente destruida. Fue decayendo gradualmente, pero su historia es conocida, y sus ruinas permanecen
hasta hoy en día. Los árabes pusieron allí sus tiendas. No es la “habitación de
dragones”, como vendrá a ser después de su repentina destrucción (Vea Isaías
13:9, 12. Jeremías 50:3). Allí había una iglesia en los días de Pedro (1ª Pedro
5:13). Existe hoy en día un gobernador de la región, que recolecta los
impuestos y tributos para el gobierno Turco.
Las
condiciones descritas en Jer. 50: 1 a 4, 28, 40, 41, 46; 25:12; 51:2, 6, 26,
27, 29, 43. Isaías 13:20 no se han cumplido, donde se dice que va a haber
“perpetua desolación,” “donde no more hombre alguno,” “vacía sin habitantes”.
Las referencias anteriores no precisan ser todas citadas. Con tan solo leerlas
el lector se convencerá de que nunca se han cumplido hasta ahora: Siendo así,
tenemos el cumplimiento de esas condiciones descrito en este capítulo 18.
La Estructura del
capítulo, en su conjunto, es exquisita; y su simetría es perfecta.
Está
compuesta de una Alternancia Repetida de seis miembros; tres conciernen a
Babilonia y su pueblo (F); y tres conciernen a Dios y Su pueblo (G).
Los tres
concernientes al juicio de Babilonia son (1) La Proclamación del juicio, (2)
Los Motivos o Razones y (3) El Proceso que tiene.
Los
tres concernientes al pueblo de Babilonia son (1) Su pecado, (2) Su Lamentación.
(3) Su Silencio.
Los tres
concernientes al pueblo de Dios son (1) Su llamamiento de lo alto, (2) Su llamamiento
a regocijarse con ella, (3) Su sangre en ella hallada.
Tenemos
poco que hacer o que decir con respecto a este capítulo, además de dar la
Estructura, y la Traducción.
La Estructura del
cap. 18 es la siguiente:
X. cap. 18. El Juicio de la Gran Ciudad.
X | F1
| m1 | 1, 2. El juicio de Babilonia. Su anuncio.
n1 | 3. Los asociados de Babilonia.
G1 | 4. El pueblo de Dios. Su llamamiento a “salir fuera de ella”.
F2 | m2 | 5-8. El juicio de Babilonia. El motivo que tiene.
n2 | 9-19. Los habitantes de Babilonia. Sus lamentaciones.
G2 | 20. El pueblo de Dios. Su llamamiento a “Regocijarse sobre ella”.
F3 | m3 | 21. El juicio de Babilonia.
n3 | 22, 23. Los habitantes de Babilonia, Su Silencio.
G3 | 24. El pueblo de Dios. Su sangre “en ella hallada”.
n1 | 3. Los asociados de Babilonia.
G1 | 4. El pueblo de Dios. Su llamamiento a “salir fuera de ella”.
F2 | m2 | 5-8. El juicio de Babilonia. El motivo que tiene.
n2 | 9-19. Los habitantes de Babilonia. Sus lamentaciones.
G2 | 20. El pueblo de Dios. Su llamamiento a “Regocijarse sobre ella”.
F3 | m3 | 21. El juicio de Babilonia.
n3 | 22, 23. Los habitantes de Babilonia, Su Silencio.
G3 | 24. El pueblo de Dios. Su sangre “en ella hallada”.
Esta es la manera
en que se nos construye este solemne capítulo, y se nos presenta.
En
cada parte sobresale su perfección, y nos informa del origen del juicio de
Babilonia; y de la autoridad y verdad Divina de su profética declaración.
m1. 18:
1-3. El juicio anunciado de Babilonia.
1.
Después de esto vi a otro* ángel
descender del cielo con gran poder; y la tierra fue anunciada con su gloria.] Este
era un ángel diferente, y no aquel que estaba hablando con Juan en el cap. 17.
La Visión es todavía “en la tierra”; por eso Juan ve este ángel descendiendo
del cielo. Los intérpretes parecen ansiosos por hacer de este, y del otro
ángel, al Señor Jesús, como hacen a todo lo demás ser la iglesia. No hay por
qué ir más allá del simple entendimiento de las palabras. Este no era un ángel
común; porque estaba investido con gran poder y gloria.
2. Y clamó con
voz potente, diciendo,
Ha
caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios (vea Isaías 24:14,
especialmente en 70), y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda
ave inmunda y aborrecible.
n1. 18:
3 Los Asociados de Babilonia.
3.
Porque todas las naciones han bebido del vino* del furor de su fornicación; y los reyes de la tierra han fornicado con
ella, y los mercaderes de la tierra se han enriquecido de la potencia (o abundancia) de sus deleites".]
* L. y A. omiten
"el vino;" Tr. y WH. Lo ponen entre paréntesis; the RV. lo pone en el margen.
Esto
identifica esta ciudad con la del cap. 17. Tenemos el mismo vino y las mismas
idolatrías y los mismos “reyes de la tierra”. Pero, además de todo esto,
tenemos el anuncio que implica cómo Babilonia vendrá a ser el cuartel central
del Espiritismo, la habitación de demonios, y la morada y habitáculo de todo
espíritu impuro. Llena de pájaros como en una jaula, así va a estar Babilonia
repleta de espíritus malignos y demonios, controlando la gran apostasía desde
su origen.
Es
imposible ignorar las claras señales de identificación que son dadas en este
versículo 3.
Si
observamos cuidadosamente estos dos capítulos, veremos que no podemos encontrar
la distinción tan persistente que muchos afirman. Alguien afirma algo como un hecho;
y otro después piensa que es así. No existe tal cosa como “Babilonia Mística”. La
Babilonia mencionada en el cap. 17 es la misma que la del cap. 18. Es la
“Mujer” que es un símbolo o signo secreto. Pero eso solo significa que no
debemos tomarla literal como una mujer, sino como “la gran ciudad”, tal como se
explica en el vers.18. Su nombre está claramente escrito en su frente “Babilonia
la grande”. ¿Qué tiene esto de “místico”, en el sentido de misterioso? ¡Nada! Significa, como ya hemos visto, un signo secreto, pero se refiere a la
“Mujer” como siendo el signo o símbolo de la “ciudad”.
La
guerra que se traba concerniente a aquella ciudad en el cap. 17 nos habla de su
necesario resurgimiento. Chicago fue puesta a fuego una vez, pero en muy pocos
años volvió a ser reedificada. El problema surge por suponer que todos estos
maravillosos acontecimientos se tienen que dar en siete años, y no en más. Mientras que, después del “llamamiento de
lo alto” de Filipenses 3:14, y la Parousia
de 1ª Ts.4 y el “encuentro con el Señor en el aire”, y nuestra “reunión con
Él” allí, que nosotros sepamos, no tiene límite el tiempo que correrá antes de
la Revelación actual del Señor como “el Rey de Reyes” (cap.19). Algunos de los
acontecimientos, tienen que darse antes de
la primera mitad de los últimos siete años (Daniel 9:27).
El
“fin del tiempo” de Daniel es más largo que esta primera mitad de la semana, y
comienza antes de ella.
Comienza con la aparición de los cuatro reyes griegos de Daniel 7:17, 23.
De
acuerdo a Daniel 11:5 (RV.), el Rey de Egipto precede al rey del Norte. Así que
hasta que este rey del Norte no
aparezca, no habremos alcanzado el “fin del tiempo”.
Hay
tres reyes del norte. Primero, aquel quien, antes de su ascensión, era uno de
los príncipes del rey del Sur. Este primer rey está envuelto en muchas guerras,
que deben ocupar algún tiempo considerable. A su muerte le sucede aquel (Daniel
11:2) quien llega a ser “la séptima cabeza”, referida en el Apocalipsis como
habiendo sido herido de muerte.
Desde
el aparecimiento del primer rey del
Norte hasta el asesinato de aquel quien es la séptima Cabeza, aparece el “fin del tiempo”; y eso incluye la
primera mitad de los siete años.
Desde
que la séptima cabeza sube del Abismo como el octavo rey, impide inmediatamente
“el sacrificio diario”.
Desde
este punto hasta el final son los 42 meses de Apocalipsis, y los “últimos días”
del cap. 10:14, que pertenecen a Daniel 11:31 hasta el final.
La
Sunteleia corresponde al “fin del
tiempo” de Daniel.
Pero el
“llamamiento de lo alto” de Filipenses 3:14, y la “reunión” de 1aTs. 4 ambos tendrán lugar antes de su comienzo.
Si la duración de esta Sunteleia
debería ser, digamos, 33 años, entonces el Telos
serían los últimos siete años, haciendo un total de 40 años.
No
hay nada escrito acerca del periodo de este intervalo. Pero la analogía de los
dos Advientos nos guía a creer que existirá un periodo considerable; y el fin
de “los tiempos de los gentiles” debe ser similar a sus comienzos.
Cuando
Nabucodonosor tomó por primera vez a Jerusalén, permaneció en el poder durante
unos veinte o treinta años, durante los cuales puso y depuso en ella reyes (vea 2ª Reyes 24, 25. Jer. 34. —). Solo
después del cierre de aquel largo periodo incendió él la Ciudad y el Templo y
deportó el pueblo a Babilonia. Así que puede suceder de nuevo fácilmente. Deben
transcurrir treinta años, o más, desde el levantamiento del movimiento Sionista,
que introducirá a los Judíos en una casi existencia
como nación, antes de los siete años que cumplirán las profecías de Daniel
9:27.
Así,
pues, desde este punto de vista, el
tiempo no es un obstáculo para nuestra creencia de que los diez reyes puedan
incendiar la ciudad (17:16), y al mismo tiempo que revivir y ser destruida
súbitamente, como en el cap. 18. La dificultad no desaparece por la otra
interpretación; porque ¿cómo sería posible que algo “místico” fuese quemado con
fuego?
La
Babilonia, entonces, de este cap. 18, es la Babilonia del cap. 17 y de los
demás capítulos que hablan de sus orígenes, su carácter y su destino. Los
“Reyes de la Tierra” no vienen a hacer parte por lo tanto de las idolatrías de la
Roma pagana: ni los mercaderes se enriquecen con las mercancías de la Roma Papal:
ni se confinan sus seguidores y devotos a ser “mercaderes” y “reyes”.
Esta
es literalmente Babilonia; y antes de que el adviento del Señor (o Apocalipsis,)
como está descrito en el cap. 19, tenga lugar, ella habrá llegado al extremo de
su idolatría y lujuria.
Es
extraño que, a pesar de todo esto, los comentadores todavía se apeguen a la
interpretación tradicional de que Babilonia significa Roma. Incluso Alford,
después de afirmar que “Roma nunca ha sido, y por su misma posición nunca podrá
venir a ser, una gran ciudad comercial”, añade “Yo dejo la dificultad o
problema por resolver”. Así vemos que hay
un problema; pero nosotros afirmamos que ha sido creado por los comentadores. No
existe obstáculo alguno si creemos lo que Dios nos dice. Pero son tan adversos
los expositores para creerle, que Alford dice de nuevo “los detalles de esta
mercantil lamentación se acoplan mejor a Londres, que a Roma, en algún señalado
periodo de su historia”.
Nosotros
creemos que es Babilonia revivida y restaurada (tal como otras ciudades lo han
sido), y que este estado de magnificencia será el que caracterice a Babilonia
en el día del Apocalipsis del Señor.
Por
eso, el aviso final de su pendiente juicio es seguido por el llamamiento de Dios
a Su pueblo para que salga de ella.
G1, 18:
4. El pueblo de Dios. Su llamamiento a
salir de ella.
4. Y oí otra
voz del cielo, que decía
"Salid
de ella, pueblo mío, para que no seáis participes de sus pecados, ni recibáis
parte de sus plagas.]
No
tenemos necesidad alguna de tomar a este ángel como si fuera Cristo. Él habla
en nombre de Dios, como en el cap. 11:3. Su clamor es un llamado de alerta al
pueblo de Dios que se hallará entonces
en la tierra. La iglesia habrá sido ya unos cuantos años atrás izada a
lo alto. Y habrá ya también otros allí que habrán antes sido rescatados e
izados, y darán el grito de júbilo predicho en Ap.12:10. Ya los hemos visto en
los cap. 7; 14; y 15 “de pie delante del trono”, y sobre el Monte Sión. Pero el
“remanente de la simiente” i.e., la simiente de Israel (cap. 12:17 habrá sido
llevado a Babilonia (Miqueas 4:8 a 10); y es a ellos que este clamoroso aviso
se hace. No tenemos por qué admirarnos de que muchos de ellos se hallen en
Babilonia; porque, donde las mercancías se vendan, allí serán estos reunidos. Sería extraño si fuese de otra manera.
Y
esto es precisamente lo que se predice en Jer. 50. Allí se predice la
destrucción de Babilonia; “la palabra que habló Jehová contra Babilonia” (Jer.
50:1). Todavía no hemos oído de ningún comentario que nos haga pensar que
Jeremías profetiza esto de Roma, o de cualquier otra ciudad que no sea la
literal Babilonia.
Entonces,
inmediatamente después del aviso de “la tomada de Babilonia”, leemos, “en
aquellos días, y en aquel tiempo, dice Jehová, vendrán los hijos de Israel,
ellos y los hijos de Judá juntamente; e irán andando y llorando y buscarán a
Jehová su Dios” (vers. 4). “Ovejas perdidas fueron mi PUEBLO” (vers.6). Para estos será el llamamiento, “Huid de en medio
de Babilonia, y salid de la tierra de los caldeos”, (vers.8). Y de nuevo, “Huid
de en medio de Babilonia, y librad cada uno su vida (i.e., que cada hombre
salve su vida): para que no perezcáis en su maldad: porque el tiempo es de
venganza de Jehová”; le será dada su pago (Jeremías 51:6, y compare Ap. 18:6).
Y otra vez, “Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad cada uno su vida
del ardor de la ira de Jehová”. (Jer. 51:45).
Israel,
como una nación, ahora se arrepiente (Jeremías 50:4, 5). Así que ya no es más
"Lo-Ammi," "no es pueblo mío". Por eso se hace este
llamamiento “Huid de ella, PUEBLO MÍO”.
Esto
no se puede referir a nada sino a Israel literalmente. Y literalmente a
Babilonia. Ningún llamamiento del cielo fue enviado nunca a cristiano alguno en
Roma. Ni fueron enviados como un cuerpo. Es cierto que han sido allí
asesinados, pero eso es algo muy diferente.
Quien
así es avisado es Israel, como en Isaías 48:20, y en Jeremías 51:50, así como
vimos anteriormente.
En
la frase, “no seáis partícipes de sus pecados”, la palabra “pecados” se pone
por Metonimia por el juicio que viene por sus pecados.
(Compare Jeremías 51:9). Este llamamiento en gracia para que “Salgan” de sus
juicios se da porque el Pueblo de Dios no quiere tener comunión en su pecado.
La
causa de este juicio y de estas plagas va a ser ahora declarada.
F2,
18: 5-8. El Juicio de Babilonia. Su motivo.
5. "Porque
sus pecados han llegado hasta el cielo, y Dios se ha acordado de sus maldades.]
Esto
es un hebraísmo. (Compare Gn. 4:10; 19:13. 2ª Crónicas
28:9. Jeremías 51:9. Jonás 1:12). La duración del
tiempo durante el cual el pecado de Babilonia ha ido en aumento está implicada
en esta “recordación”. Compare cap.16:19, “y la gran Babilonia vino en memoria
delante de Dios”. Esta “recordación” implica una rebelión anterior: una
rebelión que fue reprimida por la dispersión, pero es en el tiempo del fin que
se re-une, otra oportunidad para la insurrección. Así, pues, en el mismo
lugar y bajo las mismas circunstancias, el desafío de Dios se encuentra con su juicio
final. Este hecho descarta completamente a Roma (Papal o Pagana): porque Roma,
aunque sea una de las hijas, seguro que no es “la madre”.
6. Dadle a
ella
como ella os ha dado,
y pagadle el doble según sus obras**
en el cáliz en que ella preparó bebida:
Preparadle a ella el doble.
como ella os ha dado,
y pagadle el doble según sus obras**
en el cáliz en que ella preparó bebida:
Preparadle a ella el doble.
* Lit.,
"Doblar su doblez." Esta es la figura de Metonymy, por la cual
la palabra “doble” se pone por la plena o entera compensación. Compare Ex. 22:
7, 9. Isa. 40: 2. Jr. 16: 18; 17: 18.
7. Cuanto ella
se ha glorificado,
[y ha vivido en deleites,
Tanto dadle de tormentos y llanto:
[y ha vivido en deleites,
Tanto dadle de tormentos y llanto:
¿Es
este llamamiento a venganza dirigido a la Iglesia? ¡Claro que no! Ni tampoco
pertenece a cualquier otro diferente periodo de historia desde la muerte del
Señor; porque el día presente es el día de gracia, cuando Dios “hace salir su
sol sobre los malos y buenos, y envía su lluvia sobre justos e injustos” (Mateo
5:45). Esto prueba que Ap. 18 pertenece a una futura dispensación de juicio que todavía no ha llegado. El Salmo 137: 8,
9 puede acerca de ese día ser aplicado, aunque la interpretación se refiera a
una historia pasada:
"Hija de Babilonia,
la desolada.
Bienaventurado el que te diere el pago de lo que tú nos hiciste.
Dichoso el que tomare y estrellare tus niños contra la peña”.
la desolada.
Bienaventurado el que te diere el pago de lo que tú nos hiciste.
Dichoso el que tomare y estrellare tus niños contra la peña”.
Estas
palabras, tan contrarias al sentimiento cristiano, serán perfectamente
apropiadas o correctas en la próxima dispensación, que va a tener una
administración de juicio.
El
cáliz mezclado nos vuelve a referir el cap. 17:4, y posteriormente identifica
los dos capítulos. Babilonia va ahora a beber otro cáliz, ella propia. Compare
Jeremías 51:7, y especialmente el cap. 25, donde la copa de la ira de Dios es
enviada a las naciones (vers. 15, 16), y por último bebe
también Babilonia (ver.26).
-7. "Porque
dice en su corazón,
'Porque yo estoy sentada como reina, y no soy
viuda, y no veré llanto']
Estas
palabras son pronunciadas de la misma Babilonia (no Roma) en Isaías 47:8, 9.
Todo el capítulo es acerca de Babilonia “la hija de los Caldeos” (verss. 1,5).
8.
"Por lo cual, en un solo día vendrán sus plagas —, y muerte, y llanto,
y hambre (Isa. 47: 9); Y será quemada con fuego: porque poderoso es Dios
que la juzga *.]
* G.L.T.Tr.A. WH.
y RV. traducen (...) (krinas) juzgó, en vez de (...) (krinon) juzga.
Este
es el incendio que ha sido ya mencionado en el cap. 17:16; pero es ahora, en
este capítulo más plenamente descrito. Isaías 47:9 declara que este juicio
aparecerá repentinamente, “en un instante”.
Esta
y celeridad y cumplimento del juicio de Babilonia y desaparecimiento de la faz de la tierra es el hecho más prominente
de esta profecía: y prueba de una manera efectiva que todavía no ha tenido
lugar. Porque las profecías de Jehová están lejos de precisar y particularizar que esta rapidez y cumplimiento se den a
través de la gradual decadencia de la antigua Babilonia, el sitio y las
maldades y el recuerdos de lo que todavía está por ver en la tierra de Sinar.
Ahora
llegamos a la Lamentación que sobre ella recae, y el miembro n2 anterior
debe ser expandido.
Consiste
de once versículos (18:9 a 19); y están elaboradamente construidos de cuatro
miembros, arreglados como una Introversión o interrelación. Cada uno de los
grandes miembros consiste de tres más pequeños, cada uno en perfecta
correspondencia con los otros.
n2.
18: 9-19. Lamentación de los habitantes
de la Babilonia.
n2 | H
| r | 9. Reyes de la tierra (Tierra).
s | 10-. Sus Lamentaciones. “Ay, Ay”.
t | -10. Motivo. “Porque en una hora.”
J | u | 11-. Mercaderes.
v | -11-. Sus Lamentaciones.
w | -11-14. Motivo. “Porqué”.
J | u | 15-. Mercaderes.
v | -15, 16. Sus Lamentaciones.
w | 17-. Motivo. “Porqué”.
H | r | -17. Los pilotos (capitanes de barcos). (El Mar).
s | 18, 19. Sus Lamentaciones. “Ay, ay.”.
t | -19. Motivo. “Porque en una hora”.
s | 10-. Sus Lamentaciones. “Ay, Ay”.
t | -10. Motivo. “Porque en una hora.”
J | u | 11-. Mercaderes.
v | -11-. Sus Lamentaciones.
w | -11-14. Motivo. “Porqué”.
J | u | 15-. Mercaderes.
v | -15, 16. Sus Lamentaciones.
w | 17-. Motivo. “Porqué”.
H | r | -17. Los pilotos (capitanes de barcos). (El Mar).
s | 18, 19. Sus Lamentaciones. “Ay, ay.”.
t | -19. Motivo. “Porque en una hora”.
H.
18: 9-10. Las Lamentaciones de los Reyes
de la Tierra sobre la caída de Babilonia.
9.
"Y los reyes de la tierra que han fornicado con ella, y con ella han
vivido en deleites, llorarán y harán lamentación sobre ella, cuando vean el humo
de su incendio, (10) parándose lejos por el temor de su tormento,
diciendo,
'¡Ay, ay, de la
gran ciudad de Babilonia, la ciudad fuerte; porque en una hora vino tu juicio!']
Estos
son “los reyes de la tierra” mencionados en 17:2; los confederados y asociados
de Babilonia. En 18:3 se enumeran por primera vez los lamentadores de
Babilonia, y posteriormente son descritos más detalladamente.*
* Esta es la
figura de Prosapodosis. Vea Figuras Literarias, p. 394.
Hemos
señalado anteriormente que “los diez reyes” nunca aparecen separados de la
Bestia; y “los reyes de la tierra” nunca aparecen separados de Babilonia. Los
primeros odian e incendian a Babilonia; los posteriores lloran y hace
lamentación sobre ella. En ambos capítulos (17 y 18) la ciudad es titulada de
“Babilonia la grande.” Tanto Dios como los hombres la denominan así.
Esta
gran ciudad no puede ser separada de su corrupta religión. Deben ser asociadas
en conjunto, tal como en los caps. 17 y 18 se conectan; y al mismo tiempo
distinguidas tal como allí se distinguen.
El
pecado de Babilonia es la más grotesca clase de Idolatría; y no el comercio. La
Prostitución señala y significa, idolatría. Este es el fin principal de
Babilonia.
En
el comercio, los bienes de muchos son intercambiados por los bienes de otros. Pero
Babilonia no hará eso. Ella es
simplemente una compradora. Lo que
ella les ofrece a “los reyes de la tierra” y
a sus gentes proviene de su “copa”, y eso significa algo que tiene que
ver con religión: Tal como la Copa de nuestro Señor. Así la copa de Babilonia
significa la corrupta religión, que tiene a la mujer por su objeto
central.
Nosotros
no negamos que la Iglesia de Roma hoy en día, se esté preparando para esta Mujerlatría; y, en todos los países
Católicos Romanos, se fomenta (tal vez, no intencionalmente) una Mujerlatría de
un tipo diferente, que está conduciendo a la corrupción moral que acabará en
una corrupción religiosa de tipo similar.
Al
principio, Babilonia tenía Dioses masculinos. Posteriormente, a cada Dios
masculino le fue otorgando una compañera femenina, y como resultado la diosa Ishtar pasó a ser preeminente.
Esto
es lo que hace el pecado
de Babilonia; y es esta religión de Mujeratría que será perfeccionada en
Babilonia. Será aceptada por “los reyes de la tierra”; y a los pueblos de los
reyes de la tierra les será enseñada por una orden de sacerdotes, tal como la
gente de Éfeso. Pero Babilonia será la gran diosa. Tendrá su Templos
diseminados por todo el mundo: “la Madre de todas las rameras”. Y esta es la
religión que está siendo preparada aun en este momento actual.
En
cualquier caso, el punto de vista común del capítulo que relata solo al “Comercio” debe ser modificado.
Babilonia es un comprador. Como comprador que es, no puede ser tenida como
envuelta en Comercio, porque eso implica manufacturas y ventas además de
compras; y ciertamente comprando con un objetivo de vender nuevamente. Pero esa no es Babilonia. Ella asienta, una
mujer, que compra para satisfacer sus deseos, y para fsatisfacer sus placeres.
Ciertamente
que si el Comercio fuese el punto, Babilonia sería representada como masculino,
como lo es Tiro (Ezequiel 26. —). Una
mujer no es la representación ideal para el Comercio en la aceptación común de
la palabra.
Pero
la Mariolatría está creciendo cada vez más y más, y ahora se confina solo a
Roma. Y esta está preparando el
camino para el resurgimiento de Ishtar.*
Pone a una mujer, como mujer, a la cabeza del universo, enseñando lo que es una
perversión de “la madre de todos los vivientes.” ¿No será esto la única lógica razón para el odio de la Bestia? El Comercio no provee ninguna razón
adecuada para este odio.
*
Los comentadores están todos cumpliendo 2a Timoteo 4:4; y apartando sus oídos
de “la verdad” se están volviendo a “los mitos” (pues es esa la palabra griega traducida “fábulas”). Winkler
es citado por Canon Cheyne con aparente aprobación, porque dice, si los
escolares aceptan las enseñanzas de Winkler, aceptarán su veredicto. El último
“Mito” teológico al cual los comentadores se están volviendo es este: viz., que
Abraham, Isaac, y Jacob son héroes lunares.
Sara es al mismo tiempo la hermana de Abraham y su esposa; porque Sara,
siendo correspondiente de ISTAR, tiene un doble papel o función. Ella es
la hija del dios Luna, y. por tanto,
hermana de Abraham; y es además la esposa de TAMUZ, y por tanto, esposa de
Abraham. Vea Canon Cheyne en la Revista El
Siglo Diecinueve de Enero, 1902.
La
gran Cuestión va a ser la Supremacía. ¿Quién tiene que ser supremo, la Mujer o el Hombre; Babilonia o la Bestia? ESTO es una razón plenamente
suficiente para el odio mutuo que se tienen; y como la supremacía envuelta en
Babilonia es contraria a los mandamientos de Dios, Él “pondrá en sus corazones
que destruyan a la mujer.”
Este
punto de vista hace que todo sea mucho más claro que el del comercio. Y si el
pecado de Babilonia fuese el que hemos sugerido, es decir, un sistema que
embriague con su falsa religión a los reyes de la tierra, los Sacerdotes y el
Sacerdocio, y los siervos del Templo, entonces son estos quienes van a ser
despojados de todas sus posesiones y quemados con fuego en todas las tierras
donde se hallen. Eso tendrá lugar sobre todo en Babilonia. Pero antes de que
tenga lugar, será enviado el aviso al pueblo de Dios para salir fuera de ella,
para que no tomen parte en sus juicios.
A
medida que esto suceda en todo el territorio, los reyes de la tierra se
mantendrán neutrales y quietos; para que, los Diez Reyes sobrehumanos y la
Bestia dominen el mundo.
El
juicio final de Babilonia será repentino y completo. El incendio será tan
grande que, desde el principio, la total destrucción será vista como
inevitable.
Tres
veces se hace este lamento, “ Ay! ¡Ay!” como también se traduce en este libro.
Pero la traducción de AV. es muy expresiva. Los Reyes de la tierra hacen este lamento. Los Mercaderes también la hacen (vers.16): y los Navegadores (vers.19). En los primeros,
el verbo se introduce en el tiempo Futuro
(vers.9); en los segundos, en el Presente
(vers. 11), y en los terceros, en el tiempo Pasado (vers. 17).
Es como si pasase una escena en movimiento delante de nuestros ojos, al mismo
tiempo que el ángel la explica.
El
lamento de los mercaderes se divide en dos partes. En J (18:11-14) las
mercancías y sus variedades son el sujeto o tema: mientras que en J (18:15-17)
es la pérdida irremediable de los mercadores.
J.,
18:11-14. La Lamentación de los
Mercaderes.
11.
"Y los mercaderes de la tierra lloran y hacen lamentación sobre ella,
porque ninguno compra más sus mercaderías (Hechos 21: 3. Ex. 23: 5): (12)
mercadería de oro, de plata, de piedras preciosas, de perlas, de lino fino, de
púrpura, de seda, de escarlata, de toda Madera olorosa, de todo objeto de
marfil, de todo objeto de Madera preciosa, de cobre, de hierro y de mármol, (13)
y canela, especias aromáticas, incienso,
mirra, olíbano, vino, aceite, flor de harina, trigo, bestias, ovejas, caballos
y carros, y esclavos, almas de hombres.
(14) Los frutos codiciados por tu alma se apartaron de ti, y
todas las cosas exquisitas y espléndidas
te han faltado, y nunca más las hallarás.]
Esta
lista de mercancías es de lo más significativa e instructiva. Observamos
claramente que consiste enteramente de lujurias (vea el vers. 3). Si es
Babilonia el sistema Religioso, como nosotros sugerimos, entonces sus
sacerdotes y sacerdocio en todos los territorios —las hijas rameras de esta
ramera madre— participarán en las mismas
lujurias.
No
es el comercio lo que vemos en esta lista. No es el intercambio de productos
con productos. No hay pecado en eso. Eso es algo bueno, y no malo.
Es en sus importaciones
que la ciudad es grande; y estas importaciones son lujurias (vea el vers. 3).
Los
artículos de mercancía aquí no son enumerados de manera casual, sino que son
así puestos como para impresionarnos con la vasta variedad y carácter de los
productos.
Están puestos en
cuatro grupos, y estos se subdividen de la siguiente manera:
Natural — Adornos (12- ) Joyería.
Vestuario (-12- ) Tejidos.
Vestuario (-12- ) Tejidos.
Manufacturas — Todo tipo — Artículo (-12) de Marfil
Madera
Bronce
Hierro
Mármol
Madera
Bronce
Hierro
Mármol
Vegetales — Aromáticas (13- )
Nutritivas (-13- )
Nutritivas (-13- )
Animal — Rebaños (-13- )
Hombres (-13)
Hombres (-13)
Esto
no admite comentario alguno además del gran hecho que no tiene relación alguna
a Roma, Pagana o Papal. Aun Alford, que sostiene que Babilonia en el cap. 17
significa Roma, y tiene que ser identificada con el cap. 18, dice: “No podemos
ni por un instante siquiera negar que el carácter de esta lamentación arroja
una sombre de oscuridad sobre la interpretación, que de otra manera sería tan
clara, por la explicación dada en el cap. 17.” Nosotros admitimos que, si
comenzamos asumiendo que en el cap. 17 tenemos a la Roma Papal, y en el 18 a la
Roma Pagana, surge un problema; porque de ninguna de ellas se podría usar jamás
esta lamentación. Pero la dificultad o problema se crea por una suposición. No se da en la Palabra. Si le
permitimos a Dios que diga su significado, se vuelve todo muy claro. Es
solamente cuando asumimos que Él quiere decir algo totalmente diferente de lo
que dice, que nos metemos en dificultades.
Los
mercaderes de Roma nunca han sido “los grandes hombres del mundo”. La religión
de Roma no está basada en astrología o brujería. Bien lo asume Alford diciendo,
“Yo dejo el problema por resolver”: y “los detalles de esta lamentación
mercantil se acoplan mejor a Londres que a Roma en algún periodo resonante de
su historia”.
“Babilonia la grande” incluye más que la
ciudad propiamente en el Éufrates. Ella se sienta sobre muchas aguas, y eso
incluye a las personas entre las cuales pasa su “Cáliz”.
En
los verss. 15-17, tenemos los mercaderes y sus pérdidas; antes que los
mercaderes y los detalles de sus mercancías.
J., 18: 15-17-. Los Mercaderes y sus pérdidas.
15.
Los mercaderes de estas cosas (viz., en versículos 12, 13),
que se han enriquecido a costa de ella, se pararán lejos de ella por el temor
de su tormento, llorando y lamentando, (16)* diciendo,
"
¡Ay, ay de la gran ciudad que estaba vestida de lino fino, de púrpura y de
escarlata, y estaba adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas! (17-) porque en una hora han sido consumidas sus riquezas.]
* G.T.Tr.A. WH. y RV. omiten (...) (kai) y.
La
ruina es total y completa. Es lo mismo que fue predicho de esta misma
Babilonia, “la grandeza de los Caldeos será como
Sodoma y Gomorra, a las que trastornó Dios” (Isaías 13:19. Jeremías 49:18; 50:40).
Ahora
llegamos a la tercera gran categoría de lamentadores, (1) los reyes de la
tierra; (2) los mercaderes de la tierra; y ahora (3) los que están sobre el
mar. El mundo mercantil comprende ambos, la tierra y el mar. El mar es de hecho
el factor principal en los transportes y cargas. Por eso, aquellos que tienen
que ver con el mar hacen ahora sus lamentos.
H., 18: -17-19. Los Lamentos de los Capitanes de barcos.
-17.
Y todo piloto (patrones de
embarcación), y todos los que viajan en
naves (los pasajeros), y
marineros, y todos los que trabajan en
el mar, se pararon lejos. (18)
y viendo el humo de su incendio, dieron voces, diciendo,
"¿Qué ciudad
era semejante a esta gran ciudad?"
19.
Y echaron polvo sobre sus cabezas, y
dieron voces llorando y lamentando, diciendo,
¡Ay, ay de la gran ciudad en la cual todos los que
tenían naves en el mar se habían enriquecido de sus riquezas, pues en una hora
ha sido desolada!”
La
mención de los pasajeros muestra la naturaleza y extensión del tráfico;
abarcando viajeros así como mercaderes y marineros. Rawlison* habla del
Éufrates como siendo navegable para embarcaciones en cerca de 500 millas desde su
desembocadura. Y con pocas dificultades para la navegación de barcos de larga envergadura.
* Herodoto,
i. 512.
Los
“moradores de la tierra” juzgan por el
tamaño y terrenal; pero Dios tiene un estándar diferente, y ve aquello que hará
que este tremendo juicio suceda. Esto una vez más se registra con su rapidez de
ejecución; y nos recuerda que nunca tal repentino
juicio ha sorprendido antes a Babilonia.
Una
vez más se introduce al pueblo de Dios; y aparece el grito a “Regocijarse
sobre” Babilonia en esta hora de su venganza sobre ella (Salmos 137).
G2., 18: 20. El pueblo
de Dios. Su
llamamiento a “Alegrarse sobre ella”.
20. Alégrate sobre ella, cielo, y vosotros,
santos, y apóstoles y profetas: porque
Dios os ha hecho juicio (o tu venganza**) sobre ella".]
* Lit.
"juzgado vuestro juicio". Esta es la figura de Polyptoton, y
se emplea para enfatizar. Significa te ha hecho
completa venganza.
El
mandamiento que aquí se da es obedecido en la próxima (la séptima y última)
Visión “en el cielo”, y las palabras se dan en el cap. 19:1-5. La duración en
la espera de los Mártires va a llegar a su fin (6: 10-12), y se alegran de que
Dios les haga venganza. Esta venganza llega ahora (Lucas 18:7, 8). Esto muestra
una vez más que la dispensación de la gracia ha terminado antes, y que la
dispensación venidera de juicio ha sido decretada en este capítulo dieciocho,
si, está a punto de concluir.
Algunos
comentadores se lamentan este regocijo en la venganza; e incitan a no tenerla
en cuenta, una vez que no es consistente con el Evangelio. Por supuesto que no
concuerda con el Evangelio; pero eso se debe a que la dispensación no es la
misma. Una vez que se divide la palabra de verdad, toda la dificultad
desaparece.
Santos
y apóstoles y profetas han sido martirizados en y por Babilonia: tanto allí, en
su fuente principal, así como también en algunas de sus muchas corrientes por
sus hijas; puesto que ella es una “madre” y tiene muchas hijas (18:5).
Ahora
llegamos a la mención final de este juicio, y somos informados acerca de su
aspecto, y el resultado que tiene.
F3.,
18: 21-23. El Juicio de Babilonia. Su
Aspecto.
21-23. Y un ángel poderoso tomó una piedra, como una gran
piedra de Molino, y la arrojó en el mar, diciendo,
"Con el mismo
ímpetu será derribada Babilonia, la gran ciudad, y nunca más será
hallada. (Jer. 51: 63. Ezeq. 26: 21).
Y voz de arpistas,
de músicos, de flautistas y de
trompeteros,
Nunca más será oída en ti;
Nunca más será oída en ti;
Y ningún artífice,
de oficio ninguno
Se hallará más en ti;
Ni ruido de molino
Se oirá más en ti;
Y luz de lámpara
no alumbrará más en ti;
Ni voz de esposo y de esposa
Se oirá más en ti.
Se hallará más en ti;
Ni ruido de molino
Se oirá más en ti;
Y luz de lámpara
no alumbrará más en ti;
Ni voz de esposo y de esposa
Se oirá más en ti.
Porque tus mercaderes eran los grandes de la tierra; pues por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones." (Is. 47: 8, 9)].
Brujería,
corrupta religión, e idolatría son los grandes medios por los cuales Babilonia engañará
a las naciones. Y estas son precisamente las dos cosas que están gradualmente
apareciendo y avanzando ahora delante de nuestros ojos.
La
gran piedra representa la gran ciudad; y el acto simbólico ofrece, con gran
vivacidad, la repentina destrucción final de Babilonia. Cuatro veces se resalta
esta celeridad: "en un día" (vers. 8), "en
una hora" (verss. 10, 17, 19). Cada palabra es
empleada para llamar nuestra atención e impresionarnos con su rapidez y completitud.
Y además debemos tener en cuenta que, todas las demás profecías cumplidas, se
cumplieron a la letra; y Babilonia,
aunque fue gradualmente decayendo, y muy bajo, nunca ha sufrido una destrucción tal. Hay solamente una conclusión,
que en el intervalo de, digamos unos 30 o más años entre el desaparecimiento de
la iglesia y de la última “semana” de Daniel, será revivida, y superará todo su
antiguo esplendor.
Una
desolación similar fue profetizada contra Jerusalén, y las ciudades de Judá
(Jer. 7:34), pero esta no fue igual que la de Babilonia. Fue nuevamente
restaurada (Jer. 33:10, 11). Pero una restauración tal no tendrá lugar después
de la destrucción aquí descrita de Babilonia.
Y
ahora llegamos a la última mención del Pueblo de Dios en conexión con
Babilonia; y la totalidad de la escena se cierra con la razón única encerrada o
abarcada para este juicio.
G3., 18: 24. El pueblo
de Dios. Su
sangre en ella hallada.
24. Y en ella se hallo la sangre de los profetas
y de los santos, y de todos los que han sido muertos en la tierra.]
Junto
con esto debemos leer Jer. 51:49. “Por los muertos de Israel caerá Babilonia,
como por Babilonia cayeron los muertos de toda la tierra”. Esto nos dice
quienes son los santos, apóstoles y profetas. Ellos
pertenecen “a Israel” (vea los verss. 47, 48). Pero
su sangre es a su tiempo vengada, y eso “repentinamente”, con una gran y
repentina, y completa venganza.
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