Ve lo que Dios ve. De Joseph Prince
Romanos 12:2 No os
conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de
vuestro entendimiento.
Aprender a ver lo que
Dios ve es una clave poderosa para creer correctamente. Implica reemplazar tus
creencias erróneas por creencias correctas basadas en la Palabra de Dios.
Cuando Jesús vio al
hombre con la mano seca, no solo vio la mano seca, vio que había gracia más que
suficiente para que esa mano fuera completamente sana. Jesús le dijo al hombre:
“¡Extiende tu mano!”. El hombre hizo lo que le dijo, y su mano fue completamente
restaurada y quedó tan sana como su otra mano (Marcos 3:1-5).
Ahora bien, no le dices
“extiende tu mano” a alguien cuya mano está obviamente seca y discapacitada a
menos que veas de manera diferente. Jesús ve de manera diferente a ti y a mí.
Es por eso que
necesitamos volver a la Palabra de Dios y aprender a ver lo que Él ve. Cuando
Jesús ve una enfermedad, una carencia o a alguien atrapado en el miedo, la
culpa, la adicción y el pecado, Él no solo ve el problema. Él ve la sanidad, la
gracia y el poder de Dios sobreabundantes en esa área de debilidad.
Tú también puedes cambiar
lo que crees al ver más allá de lo que ven tus ojos naturales. Esfuérzate por
ver lo que Dios ve. En tu área de carencia, lucha o desafío, ve Su gracia
sobreabundante en toda tu situación actual.
Jesús te dice hoy: “Bástate
mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad” (2 Cor. 12:9).
Entrégale todas tus debilidades, fallas y errores al Señor Jesús y observa cómo
Él transforma tus debilidades en fortalezas.
Lo que crees es poderoso,
así que ¿te guías por lo que ves o por lo que Dios ve?
Puede que no puedas
evitar que los pensamientos negativos pasen por tu mente o que las emociones
malsanas, como el miedo, se apoderen de tu corazón, pero definitivamente puedes
anclar tus pensamientos y emociones en la inquebrantable Palabra de Dios. Ciertamente
puedes asegurarte de creer correctamente con respecto a lo que Dios dice sobre
ti en Su Palabra, que contiene Sus preciosas promesas para ti.
Cuanto más aprendas y creas correctamente acerca de Su amor y lo que Su Palabra dice acerca de tu situación y tu vida, más se alinearán tus pensamientos con los pensamientos de Él acerca de ti. Comenzarás a desarrollar pensamientos de paz y no de mal, pensamientos de esperanza y de un futuro brillante (Jeremías 29:11). ¡Y serás transformado!
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