Sigue al Señor. De Joseph Prince
Josué 14:14 Por tanto,
Hebrón vino a ser la herencia de Caleb… por cuanto había seguido cumplidamente
a Jehová Dios de Israel.
¿En qué están fijos tus
ojos hoy? ¿Están enfocados en la oscuridad que hay en el mundo? ¿O están fijos
en las promesas del Señor para tu vida?
Mi principal intención en
este devocional es apartar tu mirada de la destrucción que ves a diario y
dirigirla a nuestro hermoso Señor Jesús.
¿Sabes cuál fue el
secreto de Caleb para una larga vida? El pasaje anterior nos dice que se
encontraba simplemente en seguir al Señor.
Hebrón fue el nombre de
una de las ciudades de refugio instituidas por el Señor. En hebreo, Hebrón
significa compañerismo o “asociación”. Esto habla de intimidad, cercanía y
conexión con el Señor.
No hay una fórmula para
una larga vida. La oración de protección no es un mantra. Lo que debemos
destacar es la importancia de tener una relación íntima con Jesús.
Nuestro Señor Jesús es el
camino, la verdad y la vida. Vino para que tengamos vida y la tengamos en
abundancia. Síguelo y encuentra el camino hacia una vida larga y abundante.
No olvidemos que todo lo
que Caleb experimentó fue bajo el antiguo pacto. Su renovación de juventud, su
fuerza y vigor inagotables se experimentaron bajo el antiguo pacto.
¡Cuánto más deberíamos
experimentar esta renovación de juventud, energía ilimitada y longevidad bajo
el nuevo pacto de gracia, basado en mejores promesas (Hebreos 8:6)! ¡Amén!
En un salmo escrito por
Moisés dice: “Los días de nuestra vida son setenta años; y si en los más
fuertes son ochenta años” (Salmo 90:10). Algunos han usado esto para enseñar
que nuestra expectativa de vida es, por lo tanto, entre setenta y ochenta años.
Pero es importante que
interpretemos este salmo en el contexto de los hijos de Israel en el desierto,
bajo la ira de Dios. También hemos visto que, incluso bajo el antiguo pacto,
Caleb trascendió esta expectativa de vida y seguía fuerte a los ochenta y cinco
años.
Así que, querido lector,
tú que estás bajo el nuevo pacto, te aliento a aspirar a lo más alto. No te
conformes con vivir hasta los setenta u ochenta años, cuando Dios ha prometido:
“Lo saciaré de larga vida y le mostraré mi salvación” (Salmo 91:16).
Tu satisfacción es el
límite, y conforme a tu fe, te será concedido. Oro que, al permanecer cerca de
nuestro Señor Jesús, tengas una larga vida, una vida fuerte y vivas bajo la
protección de Sus alas.
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