Jesús es mayor. De Joseph Prince
Es importante que sea usted establecido en esta verdad. No tiene que temer al diablo porque “mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4). Jesús, que está en usted, es mayor que el diablo en este mundo. A pesar de cuáles sean las malvadas prácticas del enemigo, él no prevalecerá contra usted en esta batalla. El diablo es un enemigo derrotado. Mayor es Aquel que está en usted que todos los pensamientos negativos que el enemigo pueda lanzarle.
Mayor es Aquel que está en usted que los
sentimientos de culpabilidad e incapacidad. Mayor es Aquel que está en usted
que toda acusación que sea lanzada contra usted.
Permanezca firme en esta
declaración: “Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda
lengua que se levante contra ti en juicio” (Isaías 54:17). ¡Vaya! Ninguna arma
forjada contra usted prosperará. La Biblia no dice que no experimentará ningún
desafío o no tendrá que enfrentarse a algún ataque. Pero sí promete que cuando
lleguen las pruebas, puede tener confianza en la certeza de que no prosperarán
contra usted.
¿Sabe por qué puede estar
firme en esta promesa hoy día? En el mismo versículo, Dios pasa a declarar:
“Esta es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí vendrá”
(Isaías 54:17). Esta protección es su herencia. Dios no le protege debido a sus
buenas obras; ¡le protege porque la justicia de usted viene del Señor mismo!
Notemos que el arma
forjada contra usted podría haber sido ya forjada, lo cual significa que
puede que un arma ya haya sido concebida, preparada y dirigida hacia usted. No
tenga miedo. Cualquiera que pueda ser ese desafío o arma, sepa sin ninguna
sombra de duda que no prevalecerá contra usted. Esta es la promesa de Dios para
usted hoy: ninguna arma forjada contra usted prosperará. No debido a que
su conducta sea perfecta, sino debido a que su posición en Cristo es perfecta.
Su victoria está firmemente asegurada mediante la obra terminada de Jesús, que
es su herencia en Cristo.
Del libro “El Poder de
Creer Correctamente” (pp. 153-154).
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