El perdón y la sanidad van de la mano. De Joseph Prince
Isaías 53:5 Mas él herido
fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra
paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Una de las razones por
las que podemos regocijarnos al saber que Jesús ha cargado el castigo que nos
correspondía es que el perdón y la sanidad van de la mano.
La Biblia dice que Aquel
que nunca quebrantó una sola ley de Dios “fue herido por nuestras
transgresiones, molido por nuestros pecados; el castigo por nuestra paz fue
sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (Isaías 53:5). ¿Ves cómo la
sanidad y el precio de nuestro perdón están tan estrechamente entrelazados en
la Palabra de Dios?
Hoy en día, muchos luchan
por sanarse de sus enfermedades, padecimientos, disfunciones mentales y
adicciones. Quiero anunciarte hoy que nuestra parte es recibir el perdón
de Jesús y creer que somos perdonados todos los días. Cuanto más conscientes
del perdón seamos, más fácilmente experimentaremos sanidad y liberación de toda
dolencia corporal, opresión mental y hábito destructivo.
Uno de mis salmos
favoritos dice así: “Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su
santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus
beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, el que sana todas tus
dolencias” (Sal. 103:1-3).
Ahora ¿qué viene primero?
¡La conciencia de que todos tus pecados están perdonados precede a la sanidad
de todas tus enfermedades!
Y la palabra clave aquí
es todos. Algunos de nosotros nos conformamos recibiendo un perdón
parcial en ciertas áreas de nuestras vidas. Pero nos negamos a permitir que el
perdón de Jesús toque algunas áreas oscuras, áreas que no podemos dejar ir y
por las que no podemos perdonarnos a nosotros mismos. Cualesquiera que sean esos
errores, te aliento a que permitas que Jesús te perdone todos tus
pecados y recibe sanidad para todas tus enfermedades.
Amigo mío, deja ir el
pasado. Deja ir los errores. Permítete a ti mismo ser libre y aprende a
perdonarte recibiendo hoy con el corazón abierto el perdón total y completo de
Jesús.
Traducción por Claudia Juárez Garbalena
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