Solo cree. Joseph Prince
Juan 3:14–15 Y
como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo
del Hombre sea levantado, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas
tenga vida eterna.
¿Sabes por qué Jesús
eligió la cruz? Fue a la cruz para que todo aquel que crea en Él pueda recibir
el don de la vida eterna.
Cualquiera que cree. Eso
es todo lo que necesitas hacer para entrar en la herencia que fue comprada para
ti con la sangre del Hijo de Dios.
Cree en ÉL. Cree en
Jesús. Cree en lo que Él hizo por ti en la cruz. Cree que todos tus pecados le
han sido imputados a Él y toda Su justicia te ha sido imputada a ti (2 Cor.
5:21). Cree en el intercambio divino. Cree en Su amor. Cree que todos tus
pecados han sido castigados en la cruz y que a través de Jesús has recibido los
dones de la justicia y la vida eterna.
Mira Juan 3:15
nuevamente. Dime, ¿quién califica para la salvación?
La Palabra de Dios no
dice: “Todo aquel que le obedece perfectamente y guarda todos sus mandamientos”.
No dice: “Todo aquel que nunca más vuelve a fallar”.
Simplemente dice: “Todo
aquel que en él cree”. Todo aquel que cree en Él no perecerá sino que tendrá
vida eterna. ¡La única acción necesaria de tu parte es creer!
Puedes decir: “Pero,
pastor Prince, ¿cómo puede el simple hecho de creer en Jesús hacerme justo?
Debe haber algo más que debo hacer para ganarme y merecer el amor de Dios por
mí”.
Amigo mío, no lo
descartes sólo porque parezca simple, y no subestimes el poder de creer
correctamente. Cuando crees correctamente, cuando crees que eres justificado
por medio de Jesús, terminarás produciendo frutos de justicia.
El apóstol Pablo se
refiere a “los frutos de justicia” en Filipenses 1:11 y especifica que son “a través
de Jesucristo”. Cuando pones tus ojos en Jesús y sólo en Jesús como la fuente
de tu justicia y perdón, terminarás produciendo frutos de justicia, santidad y
carácter moral.
De hecho, la Biblia nos
dice que cuando no vemos u olvidamos que hemos sido limpiados de nuestros
viejos pecados, terminamos careciendo de dominio propio, piedad y amor
fraternal (2 Pedro 1:5-9). ¿Puedes ver cómo cuando crees correctamente,
terminarás viviendo correctamente?
¡Así que haz de Jesús, Su
perdón y Su amor el centro de cada parte de tu vida!
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