Donaciones
Fuera de México:

Check out with PayPal

EL SEÑOR entre los señores. EL REY entre los reyes. Por Claudia Juárez Garbalena

 


Durante su ministerio en la tierra, nuestro Señor Jesucristo mostró humildad y una completa rendición a la voluntad de Dios:

Juan 5:19 …entonces Jesús… les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente.

Jesús sabía el propósito y la finalidad de su vida, y eligió obedecer a Dios de la forma más sublime. Él se entregó a sí mismo como un holocausto llevando en él, el pecado de toda la humanidad. Su sacrificio fue olor fragante, sacrificio acepto y agradable a Dios.

Es asombroso que la Escritura diga que “por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:2).

Quiero que veamos juntos un par de relatos en el huerto de Getsemaní, que hablan de la hora más difícil de nuestro Salvador:

Mateo 26:36 Entonces llegó Jesús con ellos a un lugar que se llama Getsemaní, y dijo a sus discípulos: Sentaos aquí, entre tanto que voy allí y oro.

37 Y tomando a Pedro, y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera.

38 Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.

Las Escrituras nos describen lo que sintió nuestro Señor Jesucristo justo antes de comenzar a vivir aquellos días que él sabía serían espantosos, él “comenzó a entristecerse y a angustiarse en gran manera. Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo”.

La escritura dice que nuestro Señor Jesucristo fue experimentado en quebranto, y Hebreos 4:15 dice que: no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. El sintió esa profunda tristeza y agonía, pero no pecó. ¡Jesús comprende nuestra fragilidad humanidad! Jesús sintió la soledad, la traición, la enfermedad, él enfrentó a la muerte de seres amados, la humillación, el desprecio, la necesidad, tuvo sed, hambre, cansancio. Él fue tentado en todo conforme a nuestra semejanza pero sin pecado.

Mateo 26:39 Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa…

Al postrarse sobre su rostro, Jesús cayó de rodillas, extendió sus brazos y puso su frente en el suelo. Postrarse sobre su rostro representa la máxima expresión de entrega, sumisión y humildad delante de Dios. Una postura física puede o no representar entrega y sumisión, porque lo importante para Dios es siempre lo que hay en el corazón. Su humildad y entrega no solo fue demostrada al postrarse sino que habitaba en el corazón de Jesús. Él estaba a punto de hacer el acto más asombroso de obediencia en sujeción a Dios. Jesús sabía por las Escrituras la terrible agonía que sufriría y viviría. Nadie quiere sufrir una muerte humillante, vergonzosa y en extremo dolorosa. ¡Nadie en su sano juicio quiere sufrir! Pero Jesús sabía que, como el Cordero de Dios, su ofrenda era absolutamente necesaria. Dice la última parte del versículo:

Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa …pero no sea como yo quiero, sino como tú.

¡Estas son las palabras de adoración más hermosas habladas jamás en esta tierra! La entrega y sacrificio de nuestro Salvador Jesucristo es indescriptible y asombrosa. El Segundo Adán, semejante a nosotros, excepto que la naturaleza de pecado de Adán no estaba en él, estaba eligiendo POR AMOR, OBEDECER A DIOS PARA REDIMIR A LA HUMANIDAD. ÉL ESTABA A PUNTO DE PAGAR CON SU PROPIA VIDA Y DERRAMAMIENTO DE SANGRE NUESTRA REDENCIÓN. ¡Su obra fue tan completa y tan asombrosa que nos llevará toda la eternidad entenderla y aquilatarla debidamente!

Mateo 26:40 Vino luego a sus discípulos, y los halló durmiendo, y dijo a Pedro: ¿Así que no habéis podido velar conmigo una hora?

Humanamente, Jesús se encontró completamente solo en el momento más difícil, angustioso y demandante de su vida. Dios estaba con él, pero humanamente estaba completamente solo. Él y sus discípulos tenían jornadas extenuantes, incluso hay registros de que Jesús pasó días sin dormir ministrando y enseñando. No fue pereza lo que hizo que sus discípulos no estuvieran ahí para Jesús, simplemente fue su humanidad, la fatiga los venció. Él dijo a sus discípulos:

Mateo 26:41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.

42 Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad.

43 Vino otra vez y los halló durmiendo, porque los ojos de ellos estaban cargados de sueño.

26:44 Y dejándolos, se fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras.

Jesús hizo la misma oración tres veces: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú”.

El evangelio de Lucas nos proporciona otros detalles que enriquecen el relato:

Lucas 22:40 Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación.

41 Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró,

42 diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.

43 Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle.

44 Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra.

¡Jesús estaba en agonía extrema! ¡Él no quería morir! ¡Pero eligió morir por amor a Dios, y a ti y a mí, y lo sufrió y lo soportó por el gozo puesto delante de él!

Hebreos 12:12 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

Pensando en el sufrimiento y la humillación extremos que sufrió nuestro amado Señor y Salvador, a los cinco sentidos es muy difícil comprender que él lo haya hecho “por el gozo puesto delante de él”.

¿Qué fue lo que le dio esa fuerza e incluso GOZO para ofrendarse a sí mismo como el Cordero de Dios?

Como hijos de Dios es absolutamente vital CONOCER A NUESTRO DIOS. “La Biblia es un libro cerrado si no conocemos EL CORAZÓN DE NUESTRO PADRE”. Podemos leer la Biblia por años, conocer idiomas antiguos, estudiarla a detalle y en profundidad, incluso dedicarnos al servicio de nuestro Dios, pero si no entendemos QUIÉN ES DIOS, quedamos con gran carencia de entendimiento y de poder.

DIOS es LUZ. DIOS es AMOR. DIOS es BUENO y NO HAY NINGUNAS TINIEBLAS EN ÉL. DIOS es JUSTO. DIOS es FIEL. DIOS es HONORABLE. DIOS ES FIEL GALARDONADOR de los que le buscamos. DIOS es un FIEL GUARDADOR DE PACTOS.

Jesús conoció la naturaleza de Dios, y conocía y creía en su identidad propia, ¡Él creía lo que Dios decía de él! Y eso fue la base para el florecimiento de Su ministerio, pero también fue LA BASE para tomar la decisión POR SU TOTAL LIBRE VOLUNTAD de ser EL REDENTOR DE LA HUMANIDAD.

El tema central de las Escrituras ES CRISTO. Toda la Escritura habla de profecías y tipologías que describen del Redentor. Las Escrituras hablan de su carácter, de sus cualidades, de su hermosura, de su belleza, de su sacrificio, de sus logros, de su gloria, hablan del periodo de Apocalipsis o El Día del Señor que será “el día de la venganza del Dios nuestro”, hablan del reinado del Milenio.

En los grandes creyentes del Antiguo Testamento está tipificado Cristo. Vemos el carácter de Jesús en la creencia de Abraham, en la fuerza de Sansón, en la fidelidad de Samuel, en la mansedumbre de Moisés, en la valentía de Josué, en el denuedo de Caleb, en el amor del pariente redentor de Ruth, en el corazón adorador del rey David, en la sabiduría de Salomón, en el amor y la pasión de “el Amado” en el libro de Cantares, en el compromiso y obediencia de Oseas, en el celo de Elías, en el discernimiento y revelación de Daniel, entre otras características.

Jesucristo hombre conocía su propia identidad, su misión, su propósito. Jesús imitó en todo al Padre, y anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo porque Dios estaba con él. Jesús trajo y manifestó la voluntad de Dios en esta tierra al traer sanidad y liberación a la gente de Dios.

Jesús caminando en esta tierra simplemente fue EXCEPCIONAL. EL SEÑOR entre los señores. EL REY entre los reyes.

Jesús tenía una mezcla de poder, ternura, autoridad y compasión únicas y asombrosas. Fue severo con los duros de corazón, y tierno, gentil y en extremo amoroso y compasivo con el sediento de Dios y el necesitado.

Jesús ha sido el hombre más próspero sobre la tierra. Todo en sus manos se multiplicaba. En su presencia toda necesidad era suplida y ninguna opresión, enfermedad o espíritu diabólico e incluso la muerte, prevalecían.

Hemos leído en Hebreos que Jesús menospreció el oprobio “por el gozo puesto delante de él”. ¿Qué es lo que Jesús vio y supo que le ayudó a permanecer de pie y a tener valor para enfrentar una muerte tan brutalmente espantosa?

¡Las glorias que seguirían tras su sacrificio!

Él sabía perfectamente que redimiría a la humanidad, que volvería a unir a la humanidad con Dios, que abriría el camino de acceso al Padre, que daría vida eterna a todo aquel que creyera en él. Él partiría en dos la historia de la humanidad y la cambiaria eternamente. Estos pensamientos hermosos alimentaron su mente y le dieron el coraje para incluso enmudecer delante de sus acusadores.

La Biblia describe en Isaías 53 que Jesús fue desfigurado de una forma tan brutal que no quedó parecer humano en él. La gente se horrorizaba al verlo. Hoy nosotros no tenemos que sufrir para acercarnos a Dios. De hecho, Jesús sufrió para traer vida abundante y plenitud a todo aquel que quiera creer en Él.

Hebreos 12:1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,

2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

3 Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.

4 Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado.

Es cierto que pasamos momentos amargos y grandes tribulaciones en esta tierra, pero nada se compara con lo que nuestro Señor Jesucristo tuvo que enfrentar y vivir por amor a Dios, y a nosotros. Jesús decidió por amor intercambiar nuestro lugar de dolor, humillación y castigo. Nosotros, por gratitud y amor, podemos elegir intercambiar nuestra vida por la suya, viviéndola para él, dando gloria y honra a su brutal sacrificio.

¿No es asombroso que Dios diga que tú eres como él es??? ¡TU NUEVA Y VERDADERA IDENTIDAD SE ENCUENTRA EN CRISTO!

Gálatas 2:20 Con Cristo estoy [fui] juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

21 No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.

La mejor forma de honrar a nuestro DIOS y a Su Hijo Jesucristo, es CREER EN SU OBRA REDENTORA. ¡ACEPTAR CON MANSEDUMBRE SU PALABRA sin buscar, como Caín, acercarnos a Dios con la obra de nuestras manos! ¡Recibe hoy Su justicia! ¡Acepta hoy ese divino intercambio que ocurrió en la cruz! Has pasado de muerte a VIDA y esa vida “está escondida con Cristo en Dios”.

 


Comentarios