Medita en la Palabra de Dios. De Joseph Prince
Josué 1:8 Nunca se
apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás
en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito;
porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.
Observa las instrucciones
que Dios le dio a Josué cuando fue designado como sucesor de Moisés: “Nunca se
apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás
en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque
entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien (“tendrás
buen éxito” KJV)”. Dios le dijo a Josué que para tener éxito, tenía que
meditar en la ley día y noche. Josué vivía bajo el antiguo pacto, así que, ¿de qué
manera, los que vivimos bajo el nuevo, nos beneficiaremos de esta escritura?
Tenemos que leer esta
porción de la Escritura desde la perspectiva de la obra terminada de Cristo. Eso
es esencial para que seas firmemente establecido en la base sólida del nuevo
pacto de la gracia. Ahora que sabes que no estamos bajo el antiguo pacto de la
ley, ¿en qué manera el nuevo pacto nos bendecirá y hará que tengamos buen éxito?
Josué sólo tenía la ley para meditar en ella, ya que el Nuevo Testamento no
había sido escrito todavía. Para nosotros, el secreto del éxito se encuentra en
la meditación de la Palabra de Dios a la luz del nuevo pacto de la
gracia.
Antes de que podamos
entrar en lo que significa meditar en la Palabra de Dios, debemos conocer qué
significa exactamente “meditar”.
Cuando la Biblia habla de
la meditación, no se está refiriendo a un ejercicio mental. La palabra hebrea
para meditar en el Antiguo Testamento es “hagah”, Qué significa ser dicho o
murmullo. así que “hagah” Es hablar en voz baja. Ten en cuenta que el Señor le
dijo a Josué: “Este libro de la ley no se apartará de tu boca…” no dijo
que “no se apartará de tu mente”. La clave para la meditación de la Palabra de
Dios no está en la devoción mental. ¡Está en confesar las promesas de Dios con
tu boca!
“Pero Pastor Prince, ¿significa
esto que debo seguir repitiendo la Palabra de Dios? Por ejemplo, ¿debo seguir
diciendo: ‘por su llaga fui curado’, cuando necesite sanidad?”
Meditar en la Palabra de
Dios no significa hacer vanas repeticiones de las Escrituras. Es mucho más que eso
y es algo que ocurre primero en el fondo de tu corazón. El salmista David captó
la esencia de la meditación más acertadamente cuando dijo: “Se enardeció mi
corazón dentro de mí; en mi meditación se encendió fuego, y así proferí con mi
lengua” (Salmo 39:3).
Mientras meditas en la Palabra de Dios, pídele al Espíritu Santo que te dé una nueva revelación de Cristo. Deja que la revelación de las Escrituras sea grabada en tu corazón. Permite que esa Escritura te queme el corazón con su revelación y Dios ungirá las palabras que pronuncies. Cuando declares: “Por sus llagas fui curado”, y esa declaración sea expresada con un sentido de revelación y fe en Jesús, habrá poder en tu declaración.
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