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Tus miedos y ansiedades se disipan en la presencia de Dios. De Joseph Prince

 

Salmos 97:5 Los montes se derritieron como cera delante del Señor.

No importa dónde estés, el Señor está contigo. Incluso en medio de tus miedos, mientras estás solo en tu habitación, Él está ahí contigo.

En el momento en que comiences a ser consciente de Su presencia y cultives Su presencia, todos tus temores, ansiedades y preocupaciones se derretirán como mantequilla en un día caluroso, o como dice el salmista David: “Los montes se derritieron como cera ante la presencia del Señor”.

No puedes mentalizarte para dejar de tener miedo ni puedes mentalizarte para dejar de preocuparte. No puedes simplemente decirte a ti mismo: “Vamos, deja de preocuparte. No hay nada de qué preocuparse”.

Eso simplemente no funciona. La deuda aún te estará mirando a la cara y tus problemas seguirán siendo tan insuperables como siempre, sin importar cuánto intentes mentalizarte. Eso es lo que el mundo está tratando de hacer, pero no funciona. Se necesita la presencia del Señor para mantenerte libre de preocupaciones.

Jesús no te está pidiendo que te mentalices y vivas en un estado de negación. ¡De ninguna manera! Él te está diciendo: “En medio de tu aflicción, Yo soy tu escudo. Yo soy tu defensor. Yo soy tu fortaleza. Yo soy tu refugio. Yo soy tu suministro. Yo soy tu sanidad. Yo soy tu Proveedor. Yo soy tu paz. Yo soy tu gozo. Yo soy tu sabiduría. Yo soy tu fuerza. ¡Yo soy tu gloria y el que levanta tu cabeza!” (Salmo 3:3). ¡Amén!

Él no te está pidiendo que finjas que los hechos no están ahí. ¡Él quiere que te des cuenta de que ÉL ESTÁ ALLÍ CONTIGO!

Cuando sepas que Él está contigo y a favor de ti, y pongas tus problemas en Sus poderosas manos, comenzarás a obtener una evaluación más precisa de cuán “grandes” son sus problemas. Cuando están en tus manos, el peso y la carga de tus problemas pueden aplastarte. ¡Pero cuando involucras a Jesús, los problemas que alguna vez fueron monumentales se vuelven microscópicos contra la grandeza de Su amor y bondad hacia ti!

Hoy, mientras consideras todo lo que necesitas hacer y las expectativas puestas en ti, ve a Jesús allí contigo. Él es tu provisión, tu sabiduría, tu paz y tu fortaleza.

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